Por Olivier Baube/Virginie Montet
Bari/AFP
Los ministros de Finanzas del G7 se reúnen este viernes y sábado en la ciudad italiana de Bari para abordar, entre otros, la visión económica de la nueva administración estadounidense pero dejando de lado cuestiones más espinosas, como el comercio mundial.
«Necesitamos entender cuáles serán sus planes, sus decisiones. La administración [estadounidense] ya lleva bastante tiempo en funciones y tenemos la ocasión de conocernos mejor», declaró el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Los países del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, el Reino Unido, Italia y Canadá) están preocupados por la nueva orientación de la administración estadounidense respecto al comercio internacional, tras la elección del presidente Donald Trump.
«Los estadounidenses son libres de elegir su política. Pero espero que esa política se integre en el marco internacional, lo cual también significa multilateralismo» y «compromiso con el libre comercio», añadió Moscovici.
Aunque el debate entre el libre comercio y el proteccionismo no estará, en la agenda de la reunión de los ministros de finanzas del G7, el secretario estadounidense de Tesoro, Steven Mnuchin, está dispuesto a abordar esa cuestión en reuniones bilaterales, indicó un responsable de Washington.
El tema sí estará en el programa de conversaciones entre los jefes de Estado y de Gobierno del G7, que se reunirán en Sicilia a finales de mes, aseguraron las autoridades italianas, anfitrionas del encuentro.
Washington considera que los demás países ya son «conscientes» del hecho de que «la administración Trump quiere relaciones comerciales más equitativas, equilibradas y recíprocas con [sus] socios claves», aseguró esta semana un responsable estadounidense.
Escepticismo
Los socios de Estados Unidos son más bien escépticos sobre los resultados de esta reunión, según un alto funcionario de unos de los países participantes. «No estoy convencido de que logremos (…) una mayor visibilidad sobre los deseos estadounidenses», confió.
Más allá del espinoso tema del proteccionismo, Italia, que preside este año el G7, espera poder avanzar con su «agenda de Bari», un programa para reducir las desigualdades.
El ministro italiano de Finanzas, Pier Carlo Padoan, espera que sus colegas adopten un documento a favor de un crecimiento inclusivo, en un momento en el que crece el descontento de los que se consideran excluidos de la bonanza en las economías de estos países.
Padoan se mostró esperanzado por el apoyo de su homólogo estadounidense en este asunto, a pesar de que Mnuchin es partidario de bajar los impuestos a los más ricos.
«Hay un buen entendimiento» sobre este tema entre ambos, dijo un alto cargo italiano de la delegación del G7.
Los miembros del G7 también tenían previsto hablar del tema de la evasión fiscal. En este punto esperan lograr avances con la ayuda de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), que en los últimos años ha convertido esta lucha en estandarte.
En este sentido, el G7 le encargará a la OCDE reflexionar sobre las formas de enfrentarse a esquemas cada vez más complejos de evasión fiscal, indicó un funcionario italiano.
También se esperan avances respecto a la ciberseguridad o la lucha contra la financiación del «terrorismo», dos asuntos «estratégicos», concluyeron Mnuchin y Padoan, en una reunión bilateral celebrada el jueves en Bari.
Los dos hombres no abordaron, en cambio, el tema de la fiscalidad de las multinacionales de la informática, conocido como el «webtax», en la agenda del G7 a pesar de las divergencias que suscita entre varios países.
«La ‘web tax’ es un asunto que toma forma. Hay posturas nacionales distintas, pero el objetivo del G7 es facilitar una convergencia de los puntos de vista», declaró Padoan.