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Joaquín Salazar
Patricia Meza
@JoakinSalazar
“Armados con la bandera del Arcoíris, símbolo de la diversidad humana, ellas y ellos están volteando una de las más siniestras herencias del pasado. Los muros de la intolerancia empiezan a caer”, así se expresó Eduardo Galeano en uno de sus escritos al referirse a la población LGBTI, que la tarde del sábado recorrió la 25 avenida sur y Alameda Roosvelt para recordar que la diversidad sexual existe y tiene derechos.
Usando tacones, pelucas, maquillaje, vestidos de colores y fiesta, adornados de flores o simplemente vistiendo una camiseta deportiva y en tenis, centenares de salvadoreños decidieron salir a las calles para exigir los derechos fundamentales que tienen como seres humanos.
No faltaron las consignas en las que se pedía tolerancia y cero discriminación, así como también algunos grafitis alusivos al derecho de las mujeres lesbianas, que también sufren discriminación.
Hubo bailes al son de las bandas de paz, fotografías de los periodistas y familiares, pero sobre todo libertad de sentirse parte de una sociedad que por décadas los ha marginado y que, pese a los convenios internacionales, leyes y normativas, no deja de mantener el sesgo de la intolerancia.
En El Salvador, el último censo de esta población no oficial, afirmaba que por lo menos más de 300 mil salvadoreños pertenecen al grupo LGBTI, sin embargo, el Estado aún tiene una deuda pendiente, que es la de actualizar y oficializar los datos.
El desfile que inició a las 3 de la tarde aproximadamente mostraba una comunidad alegre que solo puede expresarse cada 28 de junio que es el día internacional del Orgullo LGBTI, el resto del año a esta población le vulneran a sus derechos fundamentales como el no libre tránsito, no tener una identidad que responda a su orientación, acoso laboral, social y de seguridad y crímenes de odio, registrándose hasta la fecha más de 700, desde 1992.
Ante esta situación, las diversas organizaciones que defienden los derechos fundamentales de la población LGBTI, argumentan que pese a tener normativas y leyes que abonan para garantizar los derechos humanos, estos carecen de garras, como también, esperan que se busque la implementación del respeto a los derechos fundamentales, “No son derechos para homosexuales”, afirmaron líderes del sector, sino que se garantice los derechos que todo ser humano tiene.
Bessy Ríos, activista y reconocida defensora de la población LGBTI, dijo que la Marcha del Orgullo es un día en el que se permite visibilizar al sector poblacional, “lamentablemente derechos como el libre tránsito, libertad de expresión, ni el derecho a vestirnos como queramos y expresar como somos no tendríamos que estarlos exigiendo”, comentó.
De igual manera, aseguró que “El Estado debe estar garante de que se cumplan los derechos fundamentales, como familiares y amigos de la Diversidad Sexual, hacemos un llamado para que en las elecciones se vote por plataformas de aquellos funcionarios apegada al respeto de la población LGBTI”.
Para ella, como diversos sectores, la marcha del Orgullo recordaron que el próximo año es electoral, por lo que se debe de exigir que incluyan plataformas inclusivas, que garanticen e impulsen iniciativas como la Ley de Identidad de Género, Ley del Nombre para el sector Transgénero y normativas del Seguro Social, para que se incluya a las parejas, sin importar la orientación e identidad sexual.
“Nosotros queremos que las plataformas o propuestas de los partidos políticos sean inclusivas, le hemos pedido a la comunidad que esté atenta a las plataformas, que veamos quienes nos apoyan, y quienes no lo hacen, para que no les demos los votos”, enfatizó Ríos.
El desfile llegó con su colorido hasta la plaza de Las Américas, mejor conocida como Plaza Salvador del Mundo, donde se realizó un Festival Musical, en el que participaron artistas del ámbito nacional e internacional, además la quema de pólvora y otras actividades. Esta celebración se realiza en decenas de países del mundo conmemorando la fecha en que inició el primer movimiento pro respeto a los derechos LGBTI, en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos el 28 junio de 1969.
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