Beirut/AFP
Cientos de millones de musulmanes celebran el miércoles el Aid al Fitr, que marca el final del ramadán, con llamamientos a la paz tras la conmoción provocada por una serie de atentados mortíferos.
Después del mes sagrado del ayuno, llega la fiesta del Al Fitr, de Yakarta a Jerusalén, pasando por Argel o La Meca. Durante la celebración, que dura entre uno y cuatro días según los países, los fieles visitan a sus allegados y se ofrecen pasteles y regalos.
La jornada se inició de madrugada en la oración de la mañana, en especial en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este donde se congregaron 150.000 fieles, según el Waqf, el organismo que administra este lugar sagrado.
En Arabia Saudí, donde se encuentran los dos principales lugares santos del islam, los preparativos del Aid se vieron alterados por un atentado suicida sin precedentes perpetrado el lunes delante de la Mezquita del Profeta en Medina. El atentado causó la muerte a cuatro guardias de seguridad.
Delante de decenas de miles de fieles, el imán de esta mezquita, el jeque Abdelbari al Thabiti, denunció este «crimen odioso» perpetrado por «una entidad que no respeta más los ritos divinos ni la santidad de la Mezquita del Profeta».
Este atentado, que no fue reivindicado, provocó una gran indignación en el mundo musulmán.
La conmoción fue aún mayor porque este ataque sucedió a una serie de cruentos atentados cometidos durante estos últimos días del ramadán.
En Bagdad, un atentado suicida dejó el domingo casi 250 muertos, el peor atentado con coche bomba de la historia del país.
El viernes, un ataque yihadista causó 20 muertos en un café-restaurante frecuentado por extranjeros en Daca, la capital de Bangladés.
Estos dos atentados fueron reivindicados por el grupo yihadista sunita Estado Islámico (EI), que había lanzado un llamamiento a multiplicar los ataques durante el ramadán. El EI también reivindicó la matanza en un club gay de Orlando, Estados Unidos, donde murieron 49 personas el 12 de junio.
Para el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, «el hecho de que estos crímenes odiosos (…) se hayan cometido durante el mes sagrado del ramadán y la víspera del Aid al Fitr muestra claramente que estos actos terroristas bárbaros (…) son externos al islam, una religión que sublima la vida humana, la paz y la coexistencia pacífica».