Alexander Pineda
@_alexpineda_
Popularizado hacia la década de 1960 en la isla de Jamaica en un contexto anticolonial, el ska, surge como una forma de expresión de la recién independizada nación caribeña de un debilitado imperio británico por la Segunda Guerra Mundial.
Al creciente género le dio vida la clase trabajadora del país que apenas comenzaba su andadura en el mundo, músicos amateurs, grabaciones de escasa calidad y ganas de expresar un sentir social contribuyeron al crecimiento del ska.
Con base al ryhtm and blues, el jazz, el mento y el calypso, ritmos estadounidenses y caribeños, nace la primera generación del ska, caracterizada por sus temáticas antirracistas y vivencias diarias de la clase obrera, Prince Buster realizó la primera grabación del género constituido como tal, al mismo tiempo surgía The Skatalites en 1964, quienes se convertirían un ícono del género aún hasta nuestros días y de igual forma el cubano Laurel Aitken, conocido como “el padrino del ska” que alcanzó la popularidad en Europa antes que cualquier otro representante de música caribeña.
A inicios de la década de 1960, jóvenes de la clase obrera residentes de los suburbios de Kingston iniciarían el movimiento rude boy, una forma de actuar frente a las problemáticas sociales de desempleo y pobreza que aquejaban a Jamaica por aquellos tiempos, repudiaban la monarquía inglesa de la cual fueron colonia hasta 1962 y tomaron como figura a los gangsters estadounidenses, enrolándose en la creciente violencia de la recién liberada isla, adoptaron el ska como propio innovando el skanking, el baile, con una forma característica de moverse al compás de la música.
La inmigración de los rude boys hacia Gran Bretaña en la década de 1970, en búsqueda de mejores condiciones de vida trajo consigo una denominada “segunda generación del ska” o conocida como “Two Tone” término acuñado en Coventry, Inglaterra y que hacía alusión a la adopción de los cuadros blancos y negros intercalados como estandarte del ska simbolizando la unión armoniosa de las razas blanca y negra y por otra parte, la característica vestimenta, camisas y medias blancas y pantalones, corbatas, tirantes y zapatos negros.
Una segunda era con predominancia de agrupaciones inglesas que comenzarían versionando temas clásicos de la primera ola del ska jamaicano y que dinamizaron el género volviéndolo más rápido dada la fusión con elementos del pop rock inglés, teniendo como uno de sus temas recurrentes el marcado racismo de la sociedad británica, sin dejar de lado lo fiestero del ahora más ágil género.
Desde canciones como Doesn´t Make It Alright o A Message to You Rudy hasta Monkey Man, tan distintas entre sí y todas de The Specials, una de las bandas más icónicas del “Two Tone” reflejaron esta nueva cara del ska, de igual forma lo hicieron Madness, con su cover de One Step Beyond, original de Prince Buster; Bad Manners con Inner London Violence hablaba del diario vivir del rude boy en el suburbio londinense, The Selecter, The Beat y The Toasters, esta última de Nueva York, Estados Unidos, constituyeron la escena que a finales de los 70 y durante todos los 80 alcanzaría el reconocimiento mundial.
Hacia la década de 1990, agrupaciones como The Mighty Mighty Bosstones y Reel Big Fish, ambas estadounidenses constituirían una hibridación del ska con ritmos cada vez más dinámicos y acelerados, esto sería una tercera generación, la fusión del ska, el nacimiento del skacore.
De igual forma, Less Than Jake, The Streetlight Manifesto y Goldfinger serían en Estados Unidos solo algunas de las agrupaciones impulsadoras de la tercera oleada con un ritmo muy agresivo y rápido, elementos del ska, el hardcore punk y el metalcore, modificando el skanking de las dos eras anteriores en mosh pit.
Es precisamente esta tercera generación la que trae consigo la mundialización del género, los intentos por definir el ska hispanoamericano se consolidaron en este punto, en España, Kortatu, una banda radicada en el País Vasco y cuyas letras en euskera expresaban claramente su simpatía por movimientos izquierdistas fue pionera del ska en la península ibérica. A finales de los 90, otras bandas como Skalariak, también vasca, alternarían entre euskera y castellano en su lírica y los madrileños Ska-P, popularizarían aún más la nueva tendencia haciendo críticas a la monarquía española, la tauromaquia y la desigualdad social.
Los Fabulosos Cadillacs (Argentina), La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio (México), Desorden Público (Venezuela) y Psicosis (Perú), iniciaron los esfuerzos por construir la escena latinoamericana, con clara influencia del europeo movimiento “Two Tone”. El ska adquirió particulares matices al mezclarse con ritmos propios de la zona, desde música andina hasta cumbia, desde rock hasta salsa, el género se diversificó mucho más al llegar al continente americano. Barrio Calavera (Perú), Mojiganga (Colombia), Sekta Core (México), Panteón Rococó (México), Asesinos Cereales (Argentina), Adhesivo (El Salvador), son la muestra del rumbo que tomó el ska al llegar por estos rumbos, hibridándose e innovándose. La popularización del género está ligada a sus temas recurrentes, pobreza, corrupción, desigualdad, injusticia, fiesta, una sátira de todo y un anhelo de algo mejor por ello no resulta extraño que sea de gran aceptación en el público joven de América.
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