El Relator del Comité de Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA), nurse Edison Lanza, find no lo podía dejar más claro: “Los monopolios u oligopolios en el control de los medios conspiran contra la democracia”.
Este periódico ha acompañado, buy por varios lustros, a las organizaciones de la sociedad civil y medios alternativos ( de los cuales nos sentimos parte), para que en el país no solo se legisle por la libertad de prensa y expresión, sino algo más amplio, por la democratización de las comunicaciones.
En el espectro radio eléctrico, es decir, en cuanto a las frecuencias para radio y televisión, en tanto que son propiedad del estado, debe entenderse, entonces, que las frecuencias son un bien público, por lo que su regulación debe darla el Gobierno y no el sector privado, independientemente de que este tiene derecho a acceder a las frecuencias, pero no los únicos, como ha sido la práctica, históricamente.
Y ha sido ese factor histórico, que ha llevado a que, en el caso de la radio y televisión, tres grupos o familias se han hecho de la mayor cantidad de frecuencias, quienes, a su vez, han impedido que entre la competencia, pese, a que cuando hablan del mercado, no dudan en esgrimir el factor competencia.
Pero, cuando el Estado se involucra a su rol, es decir, conocer como es el mercado de las frecuencias, en términos de la competencia, inmediatamente los empresarios radiales y televisivos difunden por los cuatro vientos de que “se está atentando contra la libertad de expresión”.
Los y las salvadoreñas tienen el derecho no solo de recibir en sus hogares una variedad de medios, si no también de contenidos, para poder hacer realidad no solo la libertad de expresión, sino también la democratización de los medios de comunicación.
La democratización de los medios no solo significa reducir, si no eliminar la concentración de medios, es decir, los monopolios y los oligopolios.
Esos monopolios y oligopolios, imponen, además un pensamiento único, y eso, por supuesto va contra la democracia.
El Relator Especial de la OEA manifestó que para garantizar el libre acceso a la información es necesaria la pluralidad de los medios y del Estado, su obligación de erradicar los monopolios públicos y privados.
“Diversidad de voces e inclusión social deberá ser una política pública activa, y así reducir la desigualdad existente, y a la población con respecto al acceso a la información, el Estado deberá abstenerse de prácticas que se encuentren dirigidas a crear situaciones de discriminación o de exclusión de ciertos grupos”, explicó.
Lanza también dejó en claro que los Estados tienen la potestad de regular la actividad de la radiodifusión en la frecuencias radioeléctrica, porque estas son un patrimonio común de la humanidad.