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Naciones Unidas/AFP
Los palestinos, miembros de la UNESCO desde 2011 para disgusto de Estados Unidos, se unieron a otras dos agencias de la ONU, informó el coordinador de Naciones Unidas para Medio Oriente, Nickolay Mladenov.
«El 15 de mayo, Palestina se adhirió a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo» (UNCTAD, en inglés) y «a la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI)», anunció el coordinador en una reunión mensual del Consejo de Seguridad sobre Medio Oriente.
Mladenov también recordó que los palestinos se unieron a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya. Esta adhesión se había anunciado horas antes en Holanda mediante un comunicado de la OPAQ, que precisaba que Palestina se había convertido en «el 193° Estado signatario» del organismo.
Con sede en Ginebra, la UNCTAD es un órgano subsidiario de la Asamblea General de Naciones Unidas cuyo objetivo es integrar a los países en desarrollo en la economía mundial. Este foro intergubernamental facilita el diálogo y las negociaciones y brinda asesoramiento sobre cuestiones de desarrollo.
En tanto la ONUDI, con sede en Viena, es una agencia encargada de promover el desarrollo industrial para la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible a nivel internacional.
Los palestinos han tenido el estatus de Estado observador no miembro de la ONU desde 2012 y ya se han unido a más de 50 organizaciones y acuerdos internacionales, según el Ministerio de Relaciones Exteriores palestino. Entre ellos, a la Corte Penal Internacional (CPI) y a la UNESCO.
Tras la adhesión de los palestinos a la UNESCO, Estados Unidos interrumpió su contribución anual a esa agencia, de la cual se retiró en 2017.
En septiembre, los palestinos obtuvieron la membresía plena en la Interpol, la organización internacional de cooperación policial.
En su intervención, Mladenov también criticó implícitamente a Guatemala y Paraguay, que recientemente transfirieron su embajada de Tel Aviv a Jerusalén siguiendo la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que provocó la ira del mundo árabe y de la mayoría de los aliados europeos de Washington.
«La posición de la ONU es que el estatus de Jerusalén debe resolverse a través de negociaciones entre las partes, sobre la base de las resoluciones de la ONU», dijo el funcionario.
«Dada su importancia para judíos, cristianos y musulmanes, Jerusalén es un tema altamente sensible e importante para millones de creyentes en todo el mundo. Por lo tanto, mantener el statu quo para los lugares sagrados sigue siendo fundamental para la paz y la estabilidad», insistió.
