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Los partidos y candidatos deben respetar los tiempos electorales

El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó, a finales de la semana pasada, que ha iniciado el proceso sancionador “de oficio” contra varios candidatos a alcaldes y diputados por realizar campaña electoral adelantada. Sin lugar a dudas, el caso que más llama la atención es el del actual ministro de Gobernación y candidato a alcalde de San Salvador, Mario Durán; primero, porque es de las personas más cercanas al presidente de la República y, segundo, porque es del partido Nueva Ideas, que siendo un movimiento y luego partido político ha difundido a los cuatro vientos que no harán las cosas como “los mismos de siempre”.

Obviamente “lo de los mismo de siempre” a la luz de los hechos ha quedado claro que, simplemente, es un lema, una frase de propaganda que ha logrado penetrar en la mente de muchos y muchas salvadoreñas, con la esperanza de que, en efecto, este y otros partidos políticos nuevos hagan las cosas distintas a los conocidos y experimentados partidos políticos.

La campaña adelantada, por cierto, haciendo uso de cualquier subterfugio, dadas las falencias que presenta la ley electoral en este tema, ha sido realizada desde siempre, como hemos escrito antes. La ley presenta vacíos, sobre la base quizá, aunque en la base de lo moral y el espíritu de la ley son suficientes para que se hagan las cosas de la forma como la ley establece.

Por eso es que, aunque la ley estipule otros tiempos, y dado que la elección de candidatos se da con casi un año de antelación a las elecciones y, por tanto, a los tiempos de la propaganda como tal, lo ideal sería que los candidatos que son funcionarios deberían renunciar a sus cargos para no aprovecharse de eso y de sus funciones para hacer campaña indirecta.

El ministro Durán -por ejemplo- no ha dejado de ser la figura prevaleciente en la entrega de paquetes alimenticios a millares de personas, sobre todo en el municipio de San Salvador, la capital, donde pretende ser alcalde.

Si lo ético determinara las acciones de las personas, lo ideal sería, sino renuncian, evitar que sus acciones puedan influenciar electoralmente. Es decir, el señor Durán, dado que no renunciará a su cargo hasta los tiempos que la ley establece, debería evitar participar en actividades en San Salvador y en su lugar poner al viceministro. Obviamente esta sugerencia es más que una ingenuidad, pero si prevaleciera lo moral sería lo correcto.

Por lo anterior es de aplaudir que El Tribunal Supremo Electoral (TSE) informe que ha iniciado el proceso sancionador “de oficio” por propaganda electoral anticipada contra el candidato a la alcaldía de San Salvador por Nuevas Ideas y actual ministro de Gobernación, Mario Durán, ya que la campaña para concejos municipales se permite un mes antes de los comicios.

Pero también contra otros candidatos como Josué Godoy Cardoza, candidato a diputado del PARLACEN por ARENA; Jorge Castro y Christian Guevara, ambos aspirantes a ocupar una curul en la Asamblea Legislativa por el partido Nuevas Ideas, y Carlos Melara candidato a diputado por el FMLN.

Lo más criticable es que los candidatos de Nuevas Ideas hagan lo mismo que han hecho otros candidatos y partidos políticos en procesos electorales anteriores, pues, eso es lo que han criticado siempre.

Obviamente, una cosa es decir y repetir consignas, a luz de todo mundo aceptable, y otra cosa es cuando se está montado en los vagones del tren electoral, donde lo más importante es ganarle la partida al contrincante, aunque con ello se mande al diablo la moral o la ética política, como suele llamarla el reconocido sacerdote jesuita José María Tojeira.

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