Por Alfons Luna
Londres/AFP
Shell pagará 83, ask 5 millones de dólares por dos vertidos a una comunidad de pescadores del delta del río Níger, rx en el sur de Nigeria, doctor poniendo fin a una larga batalla judicial, anunció el miércoles la compañía petrolera angloholandesa.
El acuerdo, que evita un juicio completo, acaba con seis años de discusiones y tres de litigios en Londres con la comunidad Bodo, que vio como los vertidos de 2008 arruinaron su modo de subsistencia, la pesca y la agricultura, fundamentalmente, además de provocarles problemas de salud, según organizaciones medioambientales y de derechos humanos, como Amnistía Internacional.
El anuncio coincide con otro caso similar en los tribunales de Londres, el que enfrenta a más de 100 campesinos colombianos a la petrolera británica BP, por la construcción de un oleoducto que acabó perjudicando a los cultivos, y cuya resolución se espera en febrero.
«Hemos aceptado la responsabilidad por dos vertidos operativos profundamente lamentables», dijo en un comunicado Mutiu Sunmonu, director ejecutivo de la filial nigeriana de Shell.
«Siempre quisimos compensar justamente a la comunidad y estamos satisfechos de haber alcanzado este acuerdo» por 55 millones de libras (70 de euros, 83,5 de dólares), agregó.
La comunidad Bodo está integrada por unas 31.000 personas repartidas en 35 pueblos costeros de Nigeria, el primer productor de petróleo de África.
33 salarios mínimos para los demandantes
Shell atribuyó inicialmente los vertidos al sabotaje de los oleoductos. Además, subestimó la cantidad de petróleo derramado, para acabar admitiendo que fue superior a los 4.144 barriles de su estimación, sin que exista una cifra en la que estén de acuerdo ambas partes (los abogados de los demandantes hablaban de 600.000 barriles).
Los abogados del bufete Leigh Day se congratularon y explicaron que cada uno de los aproximadamente 15.600 demandantes individuales recibirá 2.200 libras (el equivalente a 33 salarios mínimos en Nigeria).
En total, 35 de los 55 millones de libras del acuerdo servirán para compensaciones individuales y el resto para el conjunto de la comunidad.
«Es profundamente decepcionante que le llevara seis años a Shell tomarse en serio este caso y admitir la verdadera magnitud de los daños causados por los vertidos», dijo Martyn Day, abogado de los demandantes, en un comunicado.
Ambas partes se culpan de lo mucho que duró la batalla por las compensaciones. Shell afirma que los abogados pidieron de salida una indemnización de 300 millones de libras y los abogados responden que la primera oferta de la petrolera era de 4.000 libras.
«No debería haber llevado seis años para alcanzar algo cercano a una compensación justa», lamentó en un comunicado Audrey Gaughran, de Amnistía Internacional.
«Shell sabía que lo de Bodo era un accidente inevitable. No tomó medidas para frenarlo, luego mintió sobre la cantidad de crudo vertido. Si a Shell no se le hubiera obligado a revelar esa información como parte del proceso en el Reino Unido, a la gente de Bodo los hubieran timado completamente», agregó.
Sylvester Kogbara, líder comunitario de los bodo, espera que Shell «se tome ahora en serio a las comunidades en las que trabaja» y que la limpieza de la zona empiece rápido.
En otro caso judicial, Shell se comprometió a limpiar el río Bodo. «Nos satisface que la limpieza vaya a empezar pronto y que se haya llegado a un acuerdo con la comunidad», dijo Sunmonu, de la filial nigeriana de Shell.
Medio siglo de polémica explotación
La industria petrolera comenzó las actividades de producción comercial en el delta del Níger después de que Shell descubriera petróleo en 1956.
En 1995, el escritor y líder ecologista Ken Saro Wiwa y ocho activistas más, que combatían la contaminación, fueron ejecutados por el régimen militar nigeriano.
Los activistas fueron inculpados por cuatro asesinatos en un proceso rodeado de irregularidades en el que se acusó a Shell de haber ayudado a fabricar las pruebas que les condenaron.
Las familias llevaron a la petrolera a los tribunales en Estados Unidos y finalmente Shell llegó a un acuerdo para pagar 15,5 millones de dólares a las familias como gesto de reconciliación que no implicaba aceptar culpa, porque la compañía mantuvo su inocencia.