Salvador Ventura
No es invento, discount cialis calumnia ni un supuesto, el señor Manuel Enrique Hinds, columnista de El Diario de Hoy, de quien nunca nos hemos ocupado pues preferimos refutar y aclarar conceptos de los dueños del circo y no de los payasos, es decir de los titiriteros no de los títeres, miente con todo descaro.
En el artículo Otra vez, lecciones no aprendidas, publicado el viernes 4 de abril del año en curso en El Diario de Hoy sostiene que los salvadoreños votan por “chantaje” y no por convicción. Es temeraria su apreciación pues se burla de la inteligencia y dignidad de los salvadoreños.
En el país hace mucho tiempo la gente despertó, sabe leer entre líneas y distinguir lo bueno de lo malo, los cuatro gobiernos de Arena se dedicaron durante 20 años al pillaje, a corromper las instituciones, a favorecer a sus amigos, a incrementar la riqueza de grupos privilegiados, a manejar patrimonialmente los bienes del Estado.
El FMLN obtuvo la primera victoria presidencial en 2009 no por gracia divina o porque los militantes de Arena se abstuvieron de votar e, indirectamente, dieron el triunfo a la izquierda, es muy superficial esa apreciación, porque deben considerarse otras motivaciones que llevan a las personas a inclinarse o favorecer a determinado partido político.
No satisfecho con sus burdas apreciaciones sostiene que el “FMLN es mucho más autoritario y arbitrario” y por eso “precisamente es que la gente que se abstiene no vota por ese partido”. ¿Y entonces? Es contradictorio e incoherente en sus apreciaciones. Si mucha gente, inclusive, de la derecha, vota por la izquierda debe hablarse de credibilidad y conocimiento.
Los salvadoreños, desde 2009, se han cansado de la corrupción de los ex funcionarios de Arena, lo dicen más de 167 expedientes presentados a la Fiscalía General de la República (FGR) y no menos de $120 millones de malversación de fondos, peculado, estafas y licitaciones amañadas encontradas por la Corte de Cuentas y nunca aclarados o desvanecidos.
Es más, el partido Arena tiene la suerte de contar con su voto duro y personas que por diversos motivos todavía creen en la prédica y en las campañas mediáticas, muchos de ellos, por supuesto, se han retirado o votan por otros partidos, no necesariamente el FMLN, sobre esto debe hacerse un estudio serio y bien documentado.
El diccionario enciclopédico Océano uno, define autoritarismo como “un sistema político fundado en la sumisión incondicional a la autoridad y en su imposición arbitraria. Abuso que hace de su autoridad la persona investida”.
Y arbitrariedad es acto o proceder contrario a la justicia, la razón o las leyes. Los dirigentes o cuadros del FMLN son los llamados a aclarar o refutar tan temerarios calificativos; pero sin duda por sus múltiples ocupaciones no lo hacen o quizás no quieren darle importancia a un columnista ofuscado y claramente con una tendencia a favor de Arena.
Las descripciones hechas establecen claramente que funcionarios del gobierno y dirigentes del FMLN no proceden en forma autoritaria ni mucho menos arbitraria, porque entonces estarían conspirando contra sus propios estatutos y la libertad de expresión y derecho a la discrepancia de todos y cada uno de sus militantes.
El verticalismo, la arbitrariedad y el autoritarismo son características de los dirigentes de Arena, como lo han expresado los diputados, alcaldes y funcionarios que se han retirado o han sido expulsados de este partido. El magistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Walter Araujo, lo ha denunciado en varias ocasiones.
En los últimos días, por ejemplo, el candidato perdedor de las elecciones presidenciales, Norman Quijano, ya adelantó que será el candidato a la alcaldía de San Salvador en las elecciones del año entrante. ¿Cómo se llama eso? Sencillamente autoritarismo, se proclama sin el consentimiento de la dirigencia ni de las bases.
El señor Hinds debe hacer caso de los dichos populares y entender que no se debe partir con la primera; pero no se asimilan las experiencias porque el señor Norman Quijano, es la cáscara amarga con que se cura el jiote, de ello ha dado muchas pruebas y la arbitrariedad en su proceder lo demostró antes, durante y después de la campaña.