José Roberto Osorio
Sociólogo
La educación superior es clave para dinamizar los procesos necesarios para enfrentar los desafíos del mundo moderno. Sus instituciones y organizaciones académicas, doctor científicas y profesionales, cheap mediante la enseñanza, sick formación, investigación y servicios, representan un factor indispensable en la aplicación de estrategias y políticas de desarrollo, lo cual requiere que los estudios de nivel terciario tengan mayor pertinencia para responder a las expectativas del país y que se fortalezca la responsabilidad de la enseñanza superior frente a la sociedad.
Es asimismo una etapa relativamente terminal que completa la formación de las personas y las coloca en posición de acceder ventajosamente al mercado de trabajo y con esto, a contribuir con el desarrollo del país, en tanto la profesión seleccionada por la persona se encuentre entre las que el país necesita.
Para asegurarse que los jóvenes se inscriban en carreras que propicien el desarrollo y no en las que ellos quieran, alguna entidad debería ofrecer en todas las formas posibles, información efectiva sobre las carreras de mayor perfil para contribuir al crecimiento integral del país, las menos saturadas, las que tienen mayor demanda en el mercado laboral y otras características similares, lo que contribuiría a disminuir los riesgos de seleccionar una carrera que no lleve a los resultados esperados. Por otra parte, se ha mencionado que: “algunas profesiones solo representan costos, no contribuyen con la producción”.
En varios países, la educación superior genera profesionistas cesantes, o al menos que ocupan puestos ajenos a su respectivos perfiles profesionales; algunos se dedican a otras actividades muy alejadas a su preparación y los sueldos que perciben son bajos y tienden a deteriorarse. En ocasiones se genera un mayor número de profesionistas que no son absorbidos por el mercado de trabajo. Existen carreras que registran un elevado número de aspirantes, es decir, existe sobresaturación y la mayoría de los profesionales se concentran regularmente en la zonas urbanas, dejando sin atención al medio rural.
Asimismo, para evitar algún dispendio o despilfarro de recursos de personas, familias o del Estado, que como sabemos siempre son escasos, tanto las IES como empresas u organizaciones de otra naturaleza podrían ofrecer servicios de orientación vocacional, administrando pruebas que permitan con cientificidad comprobada, descubrir la inclinación profesional, disminuyendo los riesgos de confiar en los deseos de las personas, antes que en sus capacidades reales para el estudio.
Para ponerle evidencias a los contenidos anteriores, cabe citar estadísticas oficiales que indican que en 2013, las IES reportaron a 28,637 estudiantes de nuevo ingreso con título de bachiller obtenido el año anterior, de los que el 52.56% fueron mujeres. La tasa de ingreso continuo o inmediato de estudiantes de educación media del sistema regular fue de 43.23%. De otro modo: de 100 estudiantes que se graduaron en bachillerato en 2012, solo 43 continuaron sus estudios en las IES en 2013.
El 86.12% de esa cantidad se inscribió en universidades; 9.70% en institutos especializados y 4.17% en los institutos tecnológicos.
El área de formación preferente de los estudiantes es economía, administración y comercio, seguida por el área de tecnología y finalmente la de salud.
En las universidades la carrera con mayor demanda es la licenciatura en administración de empresas, seguida por la de ciencias jurídicas y en tercera posición la licenciatura en mercadeo.
En posgrados la carrera más demandada es el curso de formación pedagógica, después la maestría en administración de empresas y enseguida la de administración financiera.
El área con más graduados es economía, administración y comercio con el 23.84%, seguida por la de Tecnología con 21.22% y después el área de Educación con 18.68% de los graduados.
Por otra parte, documentos oficiales de política pública relacionados con el tema y que ya no tienen vigencia, establecieron 13 áreas de conocimiento, desde Biotecnología hasta Tecnología de la Información y las Comunicaciones, pasando por Educación, Energía, Nanotecnología, Salud; con descripciones detalladas en cada área que podrían interpretarse como carreras a promover, muchas de las que no existen aun en el país.
Hoy en día, las políticas y agendas oficiales indican que “se busca el progreso del conocimiento y el avance de la innovación y desarrollo tecnológicos, para el crecimiento económico, el fomento del empleo y la mejora de las condiciones de trabajo; el desarrollo y el fortalecimiento de la capacidad competitiva de la industria, el comercio, la agricultura y la pesca; la conservación, enriquecimiento y aprovechamiento óptimo de los recursos naturales; el fomento de la salud, del bienestar social y la calidad de vida; la mejora de la calidad de la enseñanza científica y tecnológica en todos los niveles educativos, que prepare a la sociedad salvadoreña para los cambios que conlleva el desarrollo científico y las nuevas tecnologías”.
En el ámbito de la investigación científica, la Agenda Nacional, retoma las áreas estratégicas del PQD (12) y propone 28 áreas de investigación estratégica. Es obvio que se necesitan profesionales competentes formados en tales áreas para poder realizar investigación científica de acuerdo a los postulados y definiciones incluidos en las políticas y agendas relacionadas.
Mirando las estadísticas oficiales de 2013 de carreras que tienen relación con el desarrollo propuesto por los planes, políticas y agendas, por ejemplo, la Maestría en Gestión de la Innovación no mostraba matrícula, mientras la Maestría en Administración de Empresas, tuvo una matrícula de 699 estudiantes.
La Licenciatura en Ecotecnología, del Área de Salud, tuvo en 2013 una matrícula de solo 2 estudiantes; en la de Técnico en Manejo de Plantas Medicinales se matricularon 3 estudiantes. En el área de Ciencias, la Licenciatura en Geofísica, atrajo a 57 estudiantes, mientras otras carreras que podrían denominarse tradicionales atraían a miles de alumnos.
En el área de Tecnología la Maestría en Tecnología de Alimentos y la de Tecnologías de la Comunicación no tuvo estudiantes matriculados en 2013.
Es probable que por el costo de servirlas muchas carreras aun no estén plenamente disponibles en el país o por que los estudiantes se inclinan a carreras que les suponen menos costos que otras.
Empero, siempre es posible, mediante orientaciones institucionales públicas y privadas, informar a los estudiantes sobre la existencia de carreras que el país necesita e incentivar la matrícula en las mismas, pensando en el desarrollo del país tal como se visualiza en documentos oficiales, lo que sin duda es también apropiado para cada estudiante.