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Los rostros inacabados

 

Nathaly Campos

Antropóloga

 

Sus ojos, me decían que era un ser extraordinariamente interesante, para comenzar…

Rostro que no dice que no ríe

que no dice ni sí ni no.

Monstruo.

Sombra.

Rostro que tiende,

que va,

que pasa,

que lentamente hacia nosotros brota…

Rostro perdido.

Los inacabados -Henri Michaux-

Desde el 2020 vivimos inmersos en una crisis sanitaria que ha normado el uso de mascarillas y hasta cierta medida ver al otro como ser que contagia, marcando aún más la brecha abyecta, esa que siempre ha existido entorno a la otredad, pero hoy más legitimado que nunca. Hoy el otro se vuelve una amenaza.

El punto a señar de este fenómeno es la crisis antropológica que trastoca la dinámica de los rituales de intercambio social y el devenir identitario del sujeto, es sabido que en todo intercambio social es el rostro del sujeto la primera impresión, siendo aún más específicos la parte más valorada son los ojos y la sonrisa, ya que estos marca el primer acercamiento en donde se realzan los rituales de interacción o como lo llama David Le Breton -impresión fisiognómica-.

Los rasgos físicos son los elementos que determinan el tipo de relación que se establecerá tanto en plano subjetivo, es decir la relación el sujeto y su yo, como en el plano intersubjetivo que acá es donde se establecen relaciones inclusivas o exclusivas con el otro y por ultimo la relaciones trans-subjetivas es decir lo que esta legitimado por la sociedad o como espera la sociedad que los individuos se relacionen.

Toda relación es una relación de poder y en lo cotidiano se construyen percepciones, se nombra, se atribuyen características y significado social al sujeto, por lo tanto, el rostro no se escapa de esta regla, es más con el uso de la mascarilla ha conllevado a la privación y desfiguración de la capital del cuerpo como lo puntualizada Le Breton. Ya no existe la individualización de sujeto social, sino sujeto privados del sentido de identidad. Es importante reconocer que no es posible desasociar partes del cuerpo, porque sería una falsa compresión del sujeto.

Parece un capítulo apocalíptico, pero la pandemia no solo privó a los sujetos de sus identidad colectiva, sino que de una manera abrupta, resignificó y reestructuró los rituales de interacción como dar la mano o el beso, estás son prácticas que están siendo modificadas ya que no siempre se tiene acceso al rostro y ahora ya no es necesario ver al otro cara a cara, basta con estar siempre conectado.

Ahora bien, lo anterior conlleva a un fenómeno de reinventar(se) buscar nuevas formar de validación o nuevas maneras de obtención de reconocimientos sociales y las redes sociales ha sido el canal para obtención de estos estimulo, no se puede negar la naturaleza gregaria del sujeto y su insaciabilidad por el hambre de estímulo.

 

 

…pero sus ojos me llevaron a una concepción errónea de su ser, su voz no era lo que imaginé.

 

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