Por Pedro García Hernández
Damasco/PL
Desde el 27 de febrero pasado, buy viagra cuando comenzó la aplicación del acuerdo sobre el cese del fuego en Siria, see los grupos terroristas violaron en más de 70 ocasiones los requisitos de la tregua casi con absoluta impunidad.
Rusia, uno de los garantes de esa luz de esperanza para la paz en este país, detuvo los ataques aéreos sobre los extremistas armados, quienes sin ambages, intentan revertirla a su favor con tácito respaldo de sus aliados de la región.
Tanto el Estado Islámico como el Frente Al Nusra, exceptuados del compromiso pacifista, lanzan operaciones contra las Fuerzas Armadas sirias y milicias kurdas, en particular en la región fronteriza con Turquía.
Táctica y estratégicamente continúan los atentados terroristas suicidas contra pobladores civiles y puntos de control del Ejército, cuyas unidades lograron rechazarlos en zonas de la provincia de Alepo y Latakia.
Al Nusra, presuntamente la filial de Al Qaeda en la zona -ninguna evidencia lo demuestra fehacientemente- mantiene entre ocho mil y 12 mil efectivos en las provincias mencionadas y en zonas al sur de Damasco, justo en la frontera con El Líbano e Israel.
Sus voceros, como «fantasmas» en internet, proclaman abiertamente que tratan de provocar a Rusia para que reinicie los bombardeos y entre en contradicción práctica con el acuerdo internacional que promovió para el cese del fuego.
De acuerdo con múltiples denuncias, muy pocas veces divulgadas con objetividad por los grandes medios de prensa occidentales y de la región, Al Nusra es el «preferido» de Turquía, Arabia Saudí y Qatar.
Esas tres naciones le proporcionan respaldo militar, financiamiento y cobertura mediática en el mismo orden mencionado, dirigidos abiertamente contra el Gobierno de Bashar al Assad, las unidades de autodefensa kurda, cercanas a la frontera turca y Hezbolá y la Resistencia palestina en el sur de Siria.
Desde territorio turco sostienen a Al Nusra los ataques artilleros e incursiones de unidades especiales de Ankara y asesores saudís les entregan dinero y equipamiento mientra Al Jazeera, desde Qatar, manipula las informaciones e insiste en catalogarlos como «oposición moderada».
De 2012, fecha de la supuesta fundación de Al Nusra, los más de 600 atentados terroristas contra Siria, basados en suicidas individuales o con carros bombas en Damasco, Alepo, Idleb y la frontera con El Líbano, causaron más de 120 muertos y una cifra superior a los 300 heridos, sobre todo civiles.
De esos últimos se exceptúan los enfrentamientos con las Fuerzas Armadas sirias, porque según expertos, emplean las tácticas «fantasmas» sin combates totalmente abiertos, algo en lo que están comprometidos logísticamente, los servicios de inteligencia saudí, turcos, el Mossad israelí y el «gran padrino»: la Agencia Central de Inteligencia, CIA, de Estados Unidos.
Para los sirios, el Gobierno de al Asaad y sus aliados en el terreno, sin ese respaldo, el Frente al Nusra se desarticularía y el camino hacia la paz estaría despejado de piedras fundamentalistas que el profeta Mahoma jamás promovió.