Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
Reyna Guadalupe Ascencio reside en la comunidad Caserío Los Mangos, Guaymango, Ahuachapán, y pertenece a la organización de mujeres “La Colmena”, que ahora ha llevado a este grupo de mujeres a reunirse y entretejer la vida con las semillas criollas y fortalecer la seguridad alimentaria. “Los Santuarios de Semillas son para mantener el linaje ancestral”, afirma.
“Soy de La Colmena de Guaymango y la experiencia con el Santuario de Semillas ha sido principalmente conocer la importancia de tener nuestras semillas y la importancia de protegerlas. Ya que, las resguardamos y las tenemos a la mano para sembrar y esto para mí, es el principal punto”, afirmó Ascensio.
La Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) ha venido desarrollando este tipo de proyectos que no sólo rescatan la herencia de las semillas nativas, si no también, construir redes de mujeres organizadas con el fin de fortalecer la seguridad alimentaria en los territorios.
Las “semillas nativas” dice, es una práctica de siglos atrás, en donde se eligen las mejores semillas de cada cosecha para plantar en la siguiente producción. Esto se da a través de un intercambio de semillas entre agricultores y agricultoras para aumentar el número de semillas, y también la variedad, y es con este fin que la UNES impulsa los Santuarios de Semillas.
De estos proyectos han desarrollado programas en territorios tan emblemáticos como: Sisimitepet y Pushtan, cuyo origen ancestral lo convierte en “suelo sagrado” para la población indígena de Sonsonate. Así como también, en la zona Sur de Ahuachapán.
¡Guardianas de las semillas! o ¡Defensoras de la Naturaleza! se hacen llamar estos grupos de mujeres, quienes han asistido a un proceso de formación en agroecología. Y en la que cada jornada de cierre pudieron compartir saberes sobre los pasos para la selección de plantas y frutos, así como para su resguardo de semillas, utilizando métodos ancestrales.
“Esto es para mantener el linaje de las semillas, ha sido toda una experiencia, que ha sido bonita, además de la convivencia con las demás compañeras que nos reunimos para crear el Santuario de Semillas”, agregó.
“La importancia que tiene -para mí- el Santuario de Semillas, es que resguardamos la herencia y compartirla entre nosotras mismas y con los demás miembros de la comunidad es preservar la historia”, sostuvo Ascencio.
No obstante, reconoció que aún falta terreno por cubrir, para contar con mayor “cantidad de semillas y diversidad” para resguardar y que todos y todas cuentan con una semilla que garantice el alimento.
“Nosotras lo hacemos con mucho esmero y dedicación para que nos de el mejor resultado posible. Esto también nos da variedad y el poder de tenerlas al alcance con factibilidad, para poder cosecharlas nosotras mismas y dar a conocer a los demás que sí se puede y que es muy importante porque tenemos esa misión como Guardianas de las Semillas preservar las semillas nativas”, reafirmó Ascenció.
UNES promueve procesos agroecológicos por la seguridad alimentaria
Mientras, Katia Aguilar, coorindara de procesos agroecológicos de UNES, manifestó que la UNES viene trabajando en estos “Santuarios de Semillas”, con el fin de garantizar el derecho humano a la alimentación de personas en vulneración.
“Esta es la bandera de lucha que hemos venido teniendo sobre los Santuarios de Semillas, sobre todo, para las mujeres. Porque además esto les permite a ellas, contar con acceso a semillas para cultivar, cosechar y así construir soberanía alimentaria”, afirmó.
“Con este aprendizaje no tienen una dependencia económica o con los paquetes agrícolas, que vienen con sus agrotóxicos y semillas tratadas. Aquí ellas pueden estar seguras que tienen una mejor semilla provenientes de estos santuarios”, agregó Aguilar.
Aguilar tambiém se refirió al aporte importante que dan estos Santuarios de Semillas, a la identidad de la población, porque es a la vez “un rescate ancestral”, al que se unen las prácticas para el manejo, escogitación y recolección de las mismas semillas.
“La contribución para las mujeres es también la de construir soberanía alimentaria, es que aquí se desarrollan emprendimientos de saberes y manejos económicos, para las mujeres de estos lugares. Ellas pueden muy bien seguir reproduciendo sus semillas, resguardándolas y asegurando alimento siempre, eso es importante”, dijo.
“Los Santuarios de Semillas, a parte de la contribución a la soberanía alimentaria que produce, también -y es muy importante- fortalecen los espacios seguros para ellas, porque robustece su organización, porque los procesos son colectivos y no individuales”, puntualizó Aguilar.