París / AFP
Pauline Bandelier con las oficinas europeas de AFP
El restablecimiento de nuevas sanciones de Estados Unidos contra Irán compromete las actividades de las multinacionales europeas en la República Islámica.
A continuación, los sectores concernidos:
– Automotor –
A mediados de mayo, luego de que Estados Unidos se retirara del acuerdo nuclear firmado con Irán en 2015 y anunciara nuevas sanciones, los constructores de autos franceses, Renault y PSA, que venden casi la mitad de los coches nuevos en el mercado iraní, comunicaron de manera diferente.
PSA anunció a principios de junio que preparaba la suspensión de sus actividades sobre lo que es su principal mercado extranjero en volumen, minimizando la importancia de su retiro, «menos del 1% de su facturación».
Renault dijo por su parte que no quería abandonar sus actividades en Irán, que llegado el caso reduciría «la importancia» de sus actividades, pero sin poner en peligro los «intereses» de la empresa. El 16 de julio, el constructor anunció una reducción de 10,3% de sus ventas en Irán en el primer semestre, a 61.354 unidades.
Los constructores alemanes, que muestran mayor discreción, también se verán penalizados. En particular Daimler, que en 2016 firmó protocolos de acuerdo con dos grupos iraníes para producir y comercializar camiones Mercedes-Benz. Lo mismo Volkswagen, que anunció en 2017 su intención de volver a vender coches en Iránluego de 17 años de ausencia. El constructor, que está muy presente en Estados Unidos, deberá probablemente renunciar al mercado iraní.
– Aeronáutica –
Los mayores contratos firmados tras el acuerdo nuclear concernían a la industria aeronáutica. Irán busca modernizar su flota civil.
El europeo Airbus había registrado encargos de compañías iraníes de 100 aviones. Sólo tres fueron entregados hasta el domingo, todos con licencias estadounidenses necesarias a causa del uso de piezas fabricadas en Estados Unidos. Pero la pérdida del mercado iraní no pesará mucho en Airbus ya que al 30 de junio tenía comandas por 7.168 aviones.
La compañía Iran Air anunció el sábado que recibiría el domingo 5 nuevos aparatos del constructor francés ATR, de un encargo total de 20, de los cuales 8 ya fueron entregados. Estos aviones son fabricados cerca de Toulouse (suroeste de Francia) por la coempresa controlada por Airbus y el italiano Leonardo, pero 10% de las piezas provienen de Estados Unidos. El ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, dijo la semana pasada que esperaba obtener el aval estadounidense para la entrega de 8 aviones antes de que comiencen a regir las sanciones, esto es antes del martes a las 04H01 GMT.
– Industria petrolera –
Luego del acuerdo de 2015 el grupo petrolero francés Total se asoció al chino CNPC para invertir 5.000 millones de dólares en la explotación del yacimiento de gas South Pars, en el Golfo Pérsico.
Un proyecto del que Total, que no pudo obtener una derogación estadounidense, probablemente se retire.
El grupo francés sólo invirtió por el momento 100 millones de dólares en la operación, lo que limitaría sus pérdidas. Irán advirtió que Total sería reemplazado por CNPC, una compañía estatal china.
El gigante italiano ENI, que tiene un contrato de compra de 2 millones de barriles de petróleo por mes, que expira a fines de 2018, prefirió la prudencia y no renovó el acuerdo con Irán.
– Industria ferroviaria y naval –
La industria ferroviaria italiana podría sufrir por las sanciones. El grupo público Ferrovie dello Stato firmó en julio de 2017 un acuerdo para la construcción de un tren bala entre Qom y Arak, en el norte de Irán.
Asimismo, el grupo naval italiano Fincantieri firmó varios acuerdos de cooperación con Irán en 2016.
Italia es el primer socio comercial de Irán de Europa. Sus exportaciones hacia la República Islámica aumentaron 12,5% en 2017, por un valor de 1.700 millones de dólares.
– Turismo –
Las compañías británica British Airways y alemana Lufthansa, que habían reanudado sus vuelos directos hacia Teherán, deberán suspender esa ruta si quieren seguir operando libremente sus vuelos transatlánticos.
El grupo francés AccorHotels, que abrió dos hoteles en el aeropuerto de Teherán en 2015, podría verse penalizado, así como el emiratí Rotana Hotels que dijo querer implantarse en Irán.
El español Meliá Hotels International, que firmó un acuerdo en abril de 2016 para administrar un hotel de lujo de cinco estrellas en Irán, el Gran Meliá Ghoo, indicó que estaba en construcción y que no deseaba pronunciarse sobre «esos temas políticos», sobre todo en esta fase «tan prematura».
– Industria –
El alemán Siemens había reanudado sus actividades en Irán en marzo de 2016, asociándose al iraní Mapna para construir turbinas de gas y generadores para centrales eléctricas. En enero había firmado un contrato respecto a 12 compresores para dos usinas de tratamiento de gas natural.
Un portavoz del grupo contactado por la AFP aseguró el viernes que el grupo quería «apegarse a la conformidad» de las reglamentaciones en curso sobre las exportaciones, incluidas las sanciones estadounidenses, sin anunciar su retiro.
El grupo de gas industrial francés Air Liquide «decidió cesar toda actividad comercial» en ese país, indicó a la AFP una portavoz, que precisó que la firma «no tiene inversiones en Irán».
Según la organización patronal Institute of Directors, algunas firmas británicas tienen contratos en Irán en los sectores de infraestructuras, solar, ingeniería o salud.
– Farmacéutico –
El francés Sanofi, presente en Irán desde hace más de una década, «continúa» sus actividades «en total acuerdo con las reglas internacionales», según un portavoz, para quien «es aún muy pronto para comentar los potenciales impactos (de las sanciones) sobre las operaciones de nuestra empresa en Irán».
– Sector bancario –
Bancos alemanes, como el regional Helaba o el DZ Bank, decidieron retirarse luego del anuncio de las sanciones por el presidente estadounidense Donald Trump a mediados de mayo.