Aun cuando desconocen su significado, cialis sale algunos políticos hacen gala de sofismas para justificar entuertos, cialis ilícitos u otras fallas antipopulares. Si sofisma es “un razonamiento falso para inducir a un error”, con cuanta frecuencia se dan estos casos, con la única intención de confundir a la población. Y todo porque, si bien la ignorancia es atrevida, también lo son la prepotencia, la arrogancia y, en grado sumo, la politiquería. No la política, porque ésta es sinónimo de servicio.
Se puede pecar por ignorancia o malicia, o por ambas juntas. Y en este último caso se enmarcan, entre otros, algunos sofismas frecuentes, como aquel de llamar “persecución política” o “juicio politizado” al seguimiento de un antejuicio o de un juicio penal corriente, cuando por alguna presunta conducta impropia, se juzga a políticos activos, sean estos diputados, o ex funcionarios de altas investiduras presidenciales. Precisamente ahora, en el tapete de los cuestionamientos políticos, a dos diputados se les sigue proceso para desafuero. Por malicia, en su autodefensa tienen el “cuidado” de no mencionar el acto reclamado (los epítetos contra el ex presidente Funes) y, en cambio, hacen énfasis total en que se les violenta la libertad de expresión y en ser víctimas de “persecución política” (¿?).
¿Sabrán, o se hacen que no (malicia), que los tres Órganos del Estado son entes netamente políticos y que, entre ellos, casi seguramente, el Legislativo lo es más que los otros dos? ¿Y que, por ende, todo el ser y quehacer de ese Órgano tiene incidencia y connotación política? ¿Acaso no están ahí por pertenecer a un partido político? Por tanto, cuando califican de “juicio politizado” el caso en su contra, el sofisma resulta al presentar a la población “un razonamiento falso para inducir a un error”; es decir, hacer caer en el “error” de creer que hay persecución injusta por estar “politizada”, como si ellos no fueran los mayores actores dentro de la política. Ni por asomo puede hablarse de persecución política, ni siquiera decir que es persecución por una decisión y acción política partidista. En general, es un juicio, justo o injusto, como tantos otros.
En el caso del ex presidente Francisco Flores, igual. Si -como se conoció pública e internacionalmente- su intención era solicitar asilo político en otro país, argumentando “persecución política” en el suyo, se hubiera consumado otro sofisma, puesto que se estaba invocando “un razonamiento falso para inducir a un error”. Desde luego, la solicitud no hubiera prosperado, puesto que el suyo es un juicio penal como tantos otros. Afortunadamente, eso no se dio. Este caso hasta hoy es único, por la habilidad de Flores para mentir, para fugarse y para permanecer libre con visa de cuasi impunidad, aunque sigue como uno de los más buscados.
Estos son pequeñas muestras de frecuentes sofismas, en política. Pero, los sofistas -los expertos en crear sofismas- siempre están en todas las disciplinas, aunque quizás hacen mayor daño en la política, cuando, por ignorancia y/o malicia, “con razonamientos falsos inducen a un error” colectivo. Un error que incide y perjudica a la sociedad. Y la sociedad merece respeto.
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PUNTO Y APARTE. Sentido pésame a Mauricio Funes, por el fallecimiento de su querida madre, Mirna C. de Funes. Conocí a Mirna y a su esposo, Roberto, cuando, hace algunos años, compartimos espacios en un movimiento cristiano; años después, en 1994, en la Universidad de Columbia, Nueva York, en ocasión de recibir Mauricio el Premio María Moors Cabot, por su labor periodística durante los años de conflicto bélico en El Salvador (1980-1992). Reiteradas condolencias. (RAO).
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