Mercedes Seeligman
Poeta y escritora
La Escultura es una de las ramas del arte poco desarrollada en El Salvador y no por falta de artistas sino por factores que van desde lo económico hasta el escaso o nulo conocimiento del público para apreciar los esfuerzos titánicos de sus exponentes.
Joaquín Antonio Serrano, conocido por su seudónimo “Joaco El Serrano”, es un escultor prodigioso. Incansable creador, puede transformar lo mismo un bloque de bronce que de yeso, y volver realidad un sueño. Sus estudios iniciaron en 1971 en la Escuela Nacional de Escultura de San Salvador, pasando por viajes de observación y estudio por Centro América, México y Estados Unidos. Posteriormente perfeccionó durante tres años su técnica de restauración con el maestro Santiago Ávila y luego con otro maestro de la escultura salvadoreña, Leonidas Ostorga, con quien aprendió todo el proceso de fundición a la cera perdida. Todo esto le sirvió para realizar prácticas de fundición en talleres andaluces y de Madrid, en uno de sus viajes a España hace algunos años. Ha participado en diferentes exposiciones colectivas e individuales dentro y fuera de nuestro país: Parque de White Plains, New York; Galería Nacional; Biblioteca Nacional Francisco Gavidia; Teatro Nacional de Santa Ana y Alianza Francesa entre otras. Su labor trasciende a más de cuatro décadas de esculpir aunque también ha ganado merecido reconocimiento como pintor destacado. De entre sus obras escultóricas con mayor presencia en el país se destacan el busto en bronce de Gerardo Barrios que se encuentra en la Escuela Militar, el monumento al prócer José Matías Delgado en la Plaza de Banderas de la Universidad José Matías Delgado y el busto de Don Francisco Gavidia en la Plaza de Banderas de la Universidad del mismo nombre.
Así mismo, en la ciudad de Intipucá, La Unión, con la obra “Monumento al emigrante” con donaciones de hermanos deseosos de dejar un testimonio de su realidad al dejar la tierra amada y el otro un monumento en bronce de Don Francisco Gavidia siempre en la Universidad Francisco Gavidia. Uno de sus monumentos más emblemáticos en la actualidad es la escultura en bronce que ilumina el Parque MacArthur en Los Ángeles, California, como homenaje a la figura de nuestro San Romero de América, Mons. Oscar Srnulfo Romero, a solicitud del Fondo Salvadoreño Americano de Liderazgo y Educación (SALEF).
Joaco El Serrano nunca está inactivo; su mente es una maraña de ideas que se entrelazan, sobreviven, despiertan o mueren con la misma velocidad con que surgen. Sin embargo su extremo idealismo a veces se ve truncado por la realidad opresiva: Su obra apenas proporciona lo necesario para el sustento diario. El escaso público (mercado potencial) dizque entendido en la materia aún no está listo para dar el exacto valor que merece. Ese público regatea, menosprecia y termina dando lo que quiere.
Pese a ello, Joaco El Serrano continúa al frente de su obra, representada en la eternidad de sus líneas, en el gesto humano de sus manos casi siempre abiertas, como entregando al mundo la espiritualidad que al artista inunda.
Hoy es Joaco El Serrano, escultor salvadoreño; mañana su obra seguirá hablando de su genialidad y humanismo.
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