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Por Emal Haidary
Kabul/AFP
Los talibanes afganos denunciaron el miércoles el mantenimiento de miles de soldados estadounidenses en Afganistán hasta 2016, propuesto la víspera por el presidente norteamericano Barack Obama, al prometer que Estados Unidos pagaría el precio de esta «ocupación prolongada».
Obama desveló el martes la intención de Washington de mantener 9.800 soldados en Afganistán, tras la marcha de unos 51.000 militares de la OTAN a finales de año.
El contingente estadounidense abandonaría gradualmente Afganistán antes de finales de 2016. A partir de este momento, 200 soldados continuarían en la embajada de Estados Unidos en el marco de una cooperación militar bilateral tradicional.
El presidente afgano, Hamid Karzai, alabó esta decisión e instó a los insurgente talibanes a «usar esta oportunidad histórica (…) para que se acabe la guerra que se lanzó con el pretexto de la presencia de soldados extranjeros».
«Terminar con la presencia estadounidense y que las fuerzas afganas asuman (la responsabilidad) de los asuntos de seguridad ha sido uno de los principales pedidos del presidente, el gobierno y el pueblo de Afganistán», declaró Karzai.
Sin embargo, los rebeldes islamistas rechazaron cualquier mantenimiento, incluso temporal, de las tropas extranjeras, contra las que combaten desde hace una década.
Al prolongar la presencia de sus tropas, Estados Unidos «prosigue su ocupación» en Afganistán y viola «la soberanía, la religión y los derechos humanos» del país, denunciaron los insurgentes en un comunicado.
«Tomando en cuenta la experiencia del pasado, decimos a los estadounidenses que si quieren perder su tiempo aquí, crear problemas en nuestro país, pagarán las consecuencias aún más que los otros», añadieron los talibanes, en una referencia implícita a la lucha contra las tropas soviéticas en los años 1980.
¿Un escenario iraquí?
«Si los estadounidense quieren realmente terminar con la guerra afgana, deben retirar a todos sus soldados del país… Seguiremos con la ‘yihad’ (guerra santa) incluso si un sólo soldado estadounidense se queda en Afganistán», agregaron.
La aplicación del plan de la Casa Blanca dependerá de la firma del acuerdo bilateral de seguridad (BSA, por siglas en inglés), que el presidente Karzai, cuyo mandato termina tras la elección presidencial del 14 de junio, se negó a ratificar hasta el momento.
Los candidatos a suceder al jefe de estado anunciaron ya que firmarían el tratado, a pesar de la oposición de los talibanes.
«Afganistán no está preparado para una retirada» de tropas, apuntó la analista Mia Gul Wasig, para quien el plan de Obama es insuficiente, ya que el «terrorismo» sacude todo el país.
«Si los estadounidenses se retiran de manera irresponsable, Afganistán se convertirá en Irak», país inmerso en una oleada de violencia intercomunitaria desde la retirada de las tropas norteamericanas a finales de 2011, pronosticó.
Afganistán conoce también una oleada de violencia cuando se aproxima la segunda vuelta de la presidencial.
Dos estadounidenses resultaron el miércoles levemente heridos en un ataque contra su vehículo por hombres armados no identificados en Herat (oeste), según la embajada de Estados Unidos en Kabul.
En Herat, cuatro insurgentes abrieron fuego también el viernes contra la embajada de India sin provocar heridos.
