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Los Transgénicos: impactos en la salud y normativa en el país

Elias  Mejia Figueroa*

Conocer los impactos de los alimentos transgénicos en la salud, viagra la presencia de estos productos en el mercado y el marco regulatorio en la producción  es una meta de la institucionalidad del estado  con la sociedad civil. La población debe saber sobre los alimentos transgénicos además de los  peligros que conlleva la ingesta diaria de alimentos modificados ya existentes en el mercado.

Las empresas trasnacionales biotecnológicas están argumentando ventajas para defender la creación de los alimentos modificados en contraposición de los impactos y peligros descubiertos por investigadores independientes sobre la realidad de los transgénicos. Pero  es de vital importancia que la población conozca las normativas y se informe adecuadamente para el  beneficio de su salud.

Hay muchos mitos respecto a los alimentos transgénicos, no rx uno de ellos es que son la solución para poner un paro al hambre en el mundo, pills pero en realidad no soluciona el problema, lo agrava, y busca fortalecer el negocio de las empresas que controlan el comercio de los alimentos.

Según los informes de la FAO, actualmente existen más de 2 mil 200 millones de personas en el mundo con carencias alimenticias y 300 millones de personas con desnutrición, pero esto no será combatido a través de mayor producción de alimentos, ya que el problema del hambre no es debido a la falta de alimentos, sino a la distribución de los mismos.

El objetivo del complejo genético industrial es ampliar mercados haciendo al agricultor cada vez más dependiente de sus productos y obtener el monopolio de la producción de alimentos. El sistema de patentes que acompaña a los transgénicos permite la privatización de genes, microorganismos, plantas y animales, y supone abandonar la seguridad alimentaria mundial en manos de multinacionales cuyo fin es la producción de beneficios.

Los alimentos transgénicos conllevan a muchos efectos dañinos sobre la salud de los consumidores. Algunos daños y secuelas por causa del consumo de alimentos genéticamente  son: la   resistencia a antibióticos, daños inmunológicos, alergias, problemas neurológicos y cardiacos, cáncer de mama y  cáncer de próstata.

El especialista Pierre Courvalin del Instituto Pasteur en Francia manifestó que la inserción de genes resistentes a antibióticos puede provocar una resistencia en los organismos. Estos genes resistentes  se transfieren hacia una bacteria creadora de enfermedades, haciéndola invulnerable.  Los genes resistentes significan una gran amenaza para la salud pública.

En una investigación del Rowett Research Institute en Aberdeen, Escocia el doctor Arpad Pusztai descubrió que después de dar una dieta de papas transgénicas a los ratones, estos presentaban problemas inmunológico y de crecimiento alarmantes. Se atrofiaron algunos de los órganos, el hígado les creció y se redujo el tamaño del cerebro.

El Salvador es vulnerable ante los riesgos de los productos transgénicos, esta vulnerabilidad tiene que ver con la realidad socio- política del país, pues la normativa sobre bioseguridad y las regulaciones, controles, procedimientos y responsabilidades son mínimas frente al comercio de transgénicos, existentes en otros países.

Este vacío se hace abismal ante la debilidad de las instituciones para hacer cumplir la poca normativa existente. El país no cuenta con instituciones debilitadas desde hace 20 años atrás, dedicadas a la investigación científica, así mismo no se tiene el recurso humano suficiente y con formación técnica especializada en el campo de la biotecnología, que permitan evaluar los riesgos e impactos de los organismos genéticamente modificados en la sociedad salvadoreña.

La presencia de los alimentos transgénicos en el país pone en riesgo la vida y salud de cientos de salvadoreños y salvadoreñas, quienes sin conocer de su existencia y de sus efectos nocivos los consumen. Así mismo, el daño  ambiental en el cultivo de  este tipo de alimentos es desastroso porque ponen en riesgo la biodiversidad y la soberanía alimentaria del país a través de la contaminación de los cultivos nativos.

Además los agricultores que utilizan este tipo de semillas se han vuelto dependientes de las transnacionales, porque existe una variedad de semilla transgénica que contiene la “tecnología terminator”,  que no permite que el agricultor pueda utilizarla en su próxima cosecha porque es estéril.

Los transgénicos en El Salvador actualmente carece de un marco regulatorio que permita contar con un verdadero control en las áreas de investigación, producción y comercialización, así como de sus derivados. En materia de salud es poca o casi nula la regulación existente, no así en el área de medioambiente.

El artículo 30 de la Ley que fue aprobado en agosto del 2001, es clave para defenderse de las semillas transgénicos  porque  se prohíbe la importación, investigación, producción y comercialización de este tipo  semillas, por tanto hay que exigir que se mantenga  como estaba en la mencionada ley, pues este fue derogado por diputados de la derecha.

Según la Ley, los consumidores deben ser protegidos frente a los riesgos contra la vida y la salud; y uno de estos riesgos es la presencia de los transgénicos, así mismo se destaca el derecho que tienen el consumidor/a de ser informado sobre los productos que adquiere o recibe. Es así como toda persona tiene derecho a conocer los impactos a la salud que pueden producirse debido al consumo de alimentos transgénicos y partiendo de ello elegir el consumirlos o no.

Los artículos 82 al 95 del Código de Salud, que comprenden la sección 12 de alimentos y bebidas no se consideran a los alimentos derivados de la biotecnología moderna y sus efectos en la salud humana,  por lo tanto no están regulados.

El Centro Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) es la dependencia del Estado responsable de la elaboración de normativas en diferentes temáticas y es aquí donde el Codex Alimentario tienen su sede, siendo este último el responsable de dictar normas sobre los alimentos. Por el momento, no existe ninguna iniciativa de elaboración de normas técnicas para el control de los alimentos transgénicos.

Actualmente, existe un subcomité de organismos modificados genéticamente que está analizando documentos sobre análisis de riesgo de los alimentos obtenidos por biotecnología.

Además de la existencia de leyes, es necesario que las instituciones estatales promuevan y vigilen el cumplimento de las mismas, en este caso, el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) deben asumir sus responsabilidades en cuanto a la aplicación y vigilancia del cumplimientos de las leyes, ya que actualmente, estas instancias se encuentran descoordinadas.

Constitucionalmente se establece que los convenios y tratados internacionales, una vez que entren en vigencia son leyes de la República, en ese sentido, los tratados firmados por el Ejecutivo y ratificados por la Asamblea Legislativa forman parte del orden jurídico salvadoreño.

El Salvador ratificó el 8 de Septiembre de 1994 el Convenio sobre Diversidad Biológica, convirtiéndose de esa manera en Ley nacional y por ende en una herramienta legal que el estado cuenta para establecer control en el área de Organismos Genéticamente Modificados.

El convenio establece en muchos artículos la importancia de realizar esfuerzos tendientes a controlar la aplicación de la ingeniería genética, señalando que la conservación, mantenimiento y recuperación de la diversidad biológica es la conservación in situ de los ecosistemas y hábitat naturales. Esta afirmación es desarrollada en el preámbulo del convenio y es denominado como el Principio de precaución, el cual es fundamental para nuestro país y toda la región, ya que se parte del principio de la existencia de amenazas contra la diversidad biológica en cuanto a su reducción o pérdida.

Hay que garantizar la conservación de la especies y poblaciones en ecosistemas o hábitat naturales donde ellos se hayan desarrollados, además de un proceso mediante el cual la diversidad biológica sea aprovechada de un modo y ritmo que no ocasione su disminución a largo plazo, y con ello amenazar las aspiraciones de las generaciones futuras.

*APROALBA-CIRAC

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