Miami/Oakland/dpa
Los Golden State Warriors intentarán espantar hoy los fantasmas y sellar el título de la NBA ante unos Cleveland Cavaliers que sueñan con una nueva remontada épica ante el mismo rival del año pasado.
Tras la derrota del viernes en Cleveland, los Warriors buscarán cerrar la serie en casa ante un rival que sigue demostrando “ser duro de matar”.
El equipo de Golden State perdió la posibilidad de convertirse en el primer equipo en los anales de la liga estadounidense de baloncesto en terminar invicto la postemporada. Y un número aún retumba con un ingrato recuerdo en la historia de los Warriors: 3-1.
La misma ecuación que el año pasado estos mismos Cavaliers hicieron pedazos con una improbable remontada a Golden State. La misma con la que empezará el salto entre dos el lunes.
Los Cavs, que llegaron al cuarto partido en el Quicken Loans Arena un tanto desesperanzados, ahora miran el quinto juego con el anhelo de volver a repetir el capítulo del año pasado con el que lograron la única corona hasta ahora de la franquicia.
Los Warriors, entretanto, van con una sola meta, una que les permita conquistar dos objetivos: el título por un lado, y por el otro, sepultar por fin las dolorosas imágenes de 2016.
Ciertamente hay similitudes con respecto al año pasado, pero también hay nuevas variables. Una por ejemplo es la incorporación de Kevin Durant, así como el hecho de que para el quinto partido sí estará Draymond Green, quien no pudo asistir a ese choque en 2016 por una suspensión. Además, Curry está sano y esta vez le tocaría a los Cavaliers ganar cuatro seguidos en lugar de tres.
La realidad es que el último partido fue una anormalidad desde todo punto de vista. No sólo por la manifestación ofensiva de Cleveland, sino también por la pobreza de los Warriors a la hora de preservar su canasta, más aun tomando en cuenta que terminaron con el segundo mejor rating defensivo en la temporada regular.
Lo cierto es que Golden State mostró sus fisuras el viernes. Quizá fue exceso de confianza o la sensación de superioridad, tanto así que supuestamente en el vestidor de los Warriors poco antes del encuentro ya se hablaba de cómo sería la celebración, un elemento que según LeBron sirvió de punto de inspiración para su equipo. Ahora el lunes les tocará volver a los fundamentos que los han convertido en súper potencia de la NBA.
La historia sigue al lado de los Warriors. Los 121 equipos en todas las instancias de postemporada en la NBA que han logrado diferencia de 3-0 han terminado conquistando la serie.
Pero Golden State quiere acabar de una buena por todas la final, porque una derrota el lunes -más allá de que aún preservaría la ventaja- desataría todos los miedos y traería de vuelta los dolorosos recuerdos del 2016. Y a partir de ahí cualquier cosa podría pasar.