Por Mohamad Ali Harissi
Bagdad/AFP
Los yihadistas avanzaban este viernes desde tres puntos hacia Bagdad tras hacerse fuertes en los territorios conquistados en el norte de Irak, diagnosis pills prosiguiendo una ofensiva fulgurante salpicada de ejecuciones sumarias según la ONU y que ha llevado a Estados Unidos a plantearse una intervención.
Los combatientes del grupo radical sunita del Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), case que están a menos de 100 km de Bagdad, recipe avanzan hacia la capital iraquí desde la provincia de Al Anbar, en el oeste del país, la de Saladino, al norte, y la de Diyala, al este.
Según testigos, cientos de militantes se están apiñando cerca de la ciudad de Samarra, a 110 km al norte de Bagdad, para tratar otra vez de tomarla.
Ante el cariz que toma la situación, el gran ayatola Ali al Sistani, la más alta autoridad chiita del país, ha llamado a los iraquíes a tomar las armas contra los extremistas sunitas del EIIL, en un país que tiene muy fresco el recuerdo de la violencia sectaria de 2006-2007.
El gobierno ha anunciado por su lado un plan nuevo para defender Bagdad, con un despliegue masivo de fuerzas que cuenta con el apoyo de voluntarios civiles.
Aprovechando la desbandada de las fuerzas armadas, miles de yihadistas han tomado desde el martes toda la provincia de Nínive (norte), incluyendo su capital, Mosul; Tikrit y otras regiones de la provincia de Saladino, y zonas de las provincias de Diyala y de Kirkuk.
En Al Anbar controlan desde enero la ciudad de Faluya, a 60 km al oeste de Bagdad, y parte de Ramadi.
Este viernes, varios oficiales anunciaron que las fuerzas iraquíes trataban de cortarle a los yihadistas el camino de Baquba, capital de la provincia de Diyala, a 60 km al norte de Bagdad.
Estados Unidos dispuesto a actuar
Ante la impotencia del poder iraquí, dominado por los chiitas, y de su ejército, el presidente norteamericano Barack Obama ha dicho que su equipo de seguridad nacional se plantea «todas las opciones», aunque descartó desplegar tropas en tierra, retiradas desde 2011. Un alto funcionario norteamericano mencionó la posibilidad de movilizar drones.
El primer ministro Nuri al Maliki, un chiita en el poder desde 2006 y tachado de autócrata por sus detractores sunitas e incluso chiitas, ha urgido a las tribus a formar unidades de voluntarios para ayudar al ejército regular.
Su gobierno está debilitado por las divisiones confesionales, y la minoría sunita lo acusa de estar marginándolos del poder.
De hecho, los yihadistas de EIIL han encontrado cierto apoyo entre la población en las zonas conquistadas, y según expertos militares estadounidenses el grupo cuenta en sus filas con ex miembros de los servicios de seguridad del presidente sunita Sadam Husein, derrocado tras la invasión norteamericana de 2003.
EIIL nació en el oeste de Irak y se ha fortalecido también en Siria, donde controla amplias zonas de la provincia fronteriza de Deir Ezor. Su objetivo es crear un Estado islámico en un arco a caballo entre los dos países.
Angustia en Bagdad
Los habitantes de la capital están muy angustiados por las intenciones de EIIL de «marchar sobre Bagdad».
«La población se siente abandonada y desprotegida», dice Abu Alaa, un vidriero de 54 años.
«La gente sale poco porque tiene miedo. Los rebeldes están a las puertas de Bagdad y pueden llegar en cualquier momento», abunda el periodista Zeid.
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Navi Pillay, ha manifestado este viernes su preocupación por las «informaciones sobre ejecuciones sumarias y extrajudiciales y el desplazamiento masivo de medio millón adicional de personas» durante esta campaña relámpago en el norte de Irak.
Para ayudar a los refugiados, el Vaticano anunció la apertura de las estructuras de la Iglesia católica en el país a «todos» los desplazados internos.
Al norte de Bagdad, varias empresas norteamericanas que trabajan para el gobierno iraquí en el sector de la Defensa han evacuado a sus empleados estadounidenses de la base aérea de Balad (provincia de Diyala) y los han llevado a Bagdad, según el Departamento de Estado.
En la segunda ciudad del país, Mosul, los yihadistas siguen teniendo en sus manos a unos 50 ciudadanos turcos, que tomaron de rehenes en el consulado.