Berlín/Alemania/AFP
La ausencia de Jérôme Boateng es la principal novedad en la lista que ofreció este viernes el seleccionador alemán, Joachim Löw, para los partidos contra Rusia (amistoso) y Holanda (Liga de Naciones), donde la Mannschaft puede descender en caso de un mal resultado.
Los alemanes juegan contra los holandeses el 19 de noviembre en Gelsenkirchen, cuatro días después del amistoso frente a los rusos en Leipzig.
«He hablado con Boateng», dijo el seleccionador alemán. «Estoy convencido de que en estos momentos le irá bien parar. Le he dicho que tenemos varias opciones en su puesto, sobre todo con jóvenes jugadores».
El portero del FC Barcelona Marc-André Ter Stegen tampoco ha sido convocado. Por su parte, el centrocampista del Real Madrid Toni Kroos solo está llamado para el segundo partido.
Si Holanda derrota a Francia el 16 de noviembre, Alemania descenderá automáticamente a la Liga B. De no ser así, los alemanes se jugarán la permanencia en la élite contra los Oranje.
Boateng y el racismo
Jérôme Boateng concedió una entrevista a Boa, una revista que ha fundado, en la que explicó que todavía sufre insultos racistas en los estadios.
«A menudo escucho gritos de monos en las gradas cuando caliento», confiesa Boateng, nacido en Alemania de padre ghanés y madre alemana. «He jugado muchos partidos con la selección alemana (76) y me gritan cosas como ‘Vete a tu país’ o ‘Negro de mierda'», cuenta el defensor de 30 años en la entrevista publicada este viernes.
Boateng se abre para explicar cómo descubrió el racismo de pequeño, cuando los padres de los jugadores de los equipos rivales incluso le escupían. «Ni siquiera teníamos diez años», detalla el futbolista, que vivía en Berlín.
El defensa todavía recuerda un partido de copa contra los jóvenes del Köpenicker SC: «El padre de un jugador del equipo rival se puso a nuestro lado, no dejó de acosarme durante todo el partido y le gritaba a su hijo ‘¡Acaba con el negro de mierda!’. Empecé a llorar al rato».
A día de hoy asegura que no sufre por los insultos. «Mis padres me explicaron que había gente que tenía problemas con el color de mi piel. No llegaba a creerlo, para un niño eso no tiene sentido».