Lic. José Maria Barrera Lemus
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Consultor Acadêmico
La envidia, sildenafil el orgullo, and la avaricia y la conspiración, son cuatro antivalores que a través de la historia, han sido utilizados por muchos políticos y personas de mal vivir para su propio provecho. Estos mismos antivalores, han quedado evidenciados durante el quinquenio que recién acaba de finalizar y que por supuesto, se convirtieron en piedras de tropiezo que el ahora ex presidente, Mauricio Funes, tuvo que enfrentar y a su vez, controlar. Durante su Gobierno, sus principales obstaculizadores y detractores, lo constituyeron los partidos de derecha, principalmente Arena a través de sus funcionarios en la Asamblea Legislativa, Corte Suprema de Justicia, Fiscalía y en tanques de pensamiento como la FUSADES, principal medio defensor de políticas neoliberales en el país.
Al hacer un análisis del papel que jugaron las distintas fuerzas políticas y sociales, durante el pasado Gobierno, lo que más se puede evidenciar es la lucha encarnizada entre los diferentes Poderes, cuyo propósito estuvo orientado fundamentalmente a conservar su propio Status Quo.
Por una parte, el Poder Conferido que el pueblo otorgó a Funes por medio del sufragio para gobernar durante los cinco años; por otra, el Poder Político representado por diputados de derecha y magistrados de la Corte Suprema de Justicia y en tercer lugar, el Poder Económico, identificado en la Oligarquía y Burguesía, pendiente de cada palabra, de cada paso y de cada mirada que daba el mandatario y representado por diferentes medios a su servicio. Para quienes vivimos alejados de esta lucha y preferimos apostarle al cambio, no dudamos que se hizo mucho más por la gente, en cinco años, que en veinte de Arena; aunque FUSADES y algunos medios de comunicación digan lo contrario. Era de esperarse que ambas instancias y otras, defensoras del Poder Económico, no desaprovecharan la oportunidad para dedicarse a desprestigiar públicamente toda acción realizada por el presidente saliente, luego que éste, dejara al descubierto muchas evidencias de corrupción, entre las que destacó la de Francisco Flores y el caso Cel-Enel, entre otras que quedan en proceso judicial.
Al hacer un balance entre el trabajo subterráneo realizado por los tres Poderes, durante el quinquenio, se puede evidenciar cómo el Poder Económico, hizo hasta lo imposible, por mantener el control del Poder Político de todos los miembros de derecha y ponerlos en contra del Poder Conferido al Presidente Funes y al grupo de poder político de la izquierda desde el inicio de su gestión.
El caso más influyente y cuasi público del Poder Económico contra la izquierda, lo constituyó la intermediación de la campaña del candidato arenero, Norman Quijano, cuando le impusieron a Francisco Flores como Asesor de Campaña, cuando las encuestas mostraron una tendencia a la baja.
En esta oportunidad el Poder conferido, (Mauricio Funes) entró en pleno ataque acusando de corrupción a dicho Asesor, hasta hacerlo llegar al banquillo de los acusados. Tiempo después, arremetió con el nuevo asesor de campaña, J.J. Rendón, quien también fue desbarrancado, quedando demostrado nuevamente, el Poder Conferido del Presidente Funes.
Como resultado se obtuvo, el gane del FMLN, en primera vuelta, con una ventaja de diez puntos porcentuales, que obligó a ambos partidos a redoblar esfuerzos para persuadir, convencer y atraer a un buen número de votantes para la segunda vuelta.
Con el gane del FMLN, en primera vuelta, el Poder Económico, volvió a hacer de las suyas, al involucrar al Presidente Funes en un aparatoso accidente, que permitió que miembros del Poder Político, (Diputados de Arena y miembros del partido, principalmente) lo aprovecharan para iniciar una campaña de calumnias, que terminaron en sendas demandas del Poder Conferido (Mauricio Funes), en contra de algunos involucrados, que por ahora se encuentran en proceso de juicio.
Resultado de toda esta conspiración: El gane del FMLN por más de un punto porcentual en segunda vuelta. Los detalles de las estrategias utilizadas por ambos partidos, son motivo de otro artículo. Las expresiones calumniosas y de amenazas, surgidas en la última semana de la Presidencia Funes, por parte de representantes de diversos sectores, permiten confirmar lo anteriormente planteado. En la lucha de poderes no importa el dolor ni la enfermedad, ni el sufrimiento; solo importa, el orgullo y la avaricia de quienes ostentan el Poder aunque para ello no impere la razón. Con lo analizado hasta este momento, se puede concluir que el quinquenio del Presidente Funes, nos ha dejado varias lecciones aprendidas que nos deben hacer reflexionar, para comprender mejor el futuro del país.
1. Nunca los representantes del Poder Económico aceptarán que un ciudadano, nombrado por decisión popular, les deje al descubierto su modus operandi y peor aún, los lleve ante los tribunales.
2. Por más que haga de bueno un Gobernante, sus acciones siempre serán rechazadas y criticadas por la oposición.
3. Los representantes del Poder Económico, siempre conservarán el dominio, de aquellos políticos que a pesar de haber sido electos por voluntad popular, mantienen el ombligo del partido que les respalda.
4. Debemos fijar nuestra mirada en valores mas que en antivalores, tales como; la Solidaridad, la integralidad, la justicia, la equidad, pero sobre todo la paz que como hermanos que somos todos, sepamos aprovechar para alcanzar el bien común, fin primordial de nuestra Constitución.