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MADRID/Xinhua
El Atlético de Madrid concluyó el fichaje del delantero Luis Suárez procedente del Club de Fútbol de Barcelona (Barça) por unos 6 millones de euros la noche del miércoles, poniendo fin a las dudas sobre su destino final.
El jugador uruguayo de 33 años, quien se despidió del nuevo entrenador del Barça, Ronald Koeman, debería encajar perfectamente en el Atlético: un experimentado artillero del área, que marcó 198 goles para el Barça, el tercero más alto en la historia del club, con 21 de ellos la temporada pasada, pese a su grave operación de rodilla después de Navidad.
El deseo de Koeman de rejuvenecer la plantilla azulgrana y asegurarse de tener más control en el vestuario tras las decepciones de la temporada pasada, junto con la necesidad del club de reducir su gasto salarial, están detrás de este traspaso.
La temporada del Barça terminó con la mala nota de la goleada 8-2 frente al Bayern Múnich en la Liga de Campeones, donde algunos de los seguidores del club culpaban a Suárez por el resultado.
Muchos, ciertamente, cuestionarán la sabiduría de permitir que Suárez se traslade a un rival directo en la batalla por el título de Liga y parece obvio que la naturaleza altamente competitiva del uruguayo coincide con la del técnico del Atlético Diego Simeone.
Puede haber dudas sobre si la forma física del jugador de 33 años le permitirá llevar a cabo la presión de rivales que a Simeone le gusta que apliquen sus delanteros, pero si bien puede carecer de la capacidad atlética del español Alvaro Morata (cedido al Juventus de Italia), lo compensa con creces con su instinto “asesino” en la delantera del equipo para el que juega.
Mirando al Barça, el argentino Lionel Messi ha perdido a dos de sus mayores amigos y seguidores en el vestuario con lo que difícilmente mejorará su estado de ánimo.
El club probablemente buscará un reemplazo de bajo costo, pero ahora todos los ojos estarán puestos en Antoine Griezmann, quien no pudo encajar junto a Messi y Suárez la temporada pasada.
Ahora sólo queda Messi y sólo estará allí hasta final de temporada. Si Griezmann quiere triunfar en el Camp Nou, éste será su momento.
