Río de Janeiro (Brasil)/Sputnik
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva asumió este miércoles que los servicios de inteligencia del Gobierno fallaron al no prever el intento de golpe que protagonizaron miles de bolsonaristas el 8 de enero en Brasilia.
“Esto no lo invadió ningún analfabeto político, era gente que lo preparó durante mucho tiempo; no tuvieron la valentía de hacerlo durante la toma de posesión, en realidad, cometimos un error que diría que es básico: mi servicio de inteligencia no existió”, se quejó Lula en una entrevista con la cadena Globonews.
Lula recordó que cuando ocurrió el asalto a las instituciones en Brasilia, él estaba de viaje en el interior del estado de São Paulo, porque había recibido la información de que “estaba todo tranquilo”, de que apenas había 150 personas en el campamento golpista y que las autoridades no permitirían la entrada de más autobuses con bolsonaristas en Brasilia.
“Tenemos la inteligencia del Gabinete de Seguridad Institucional, de la Agencia Brasileña de Inteligencia, del Ejército, de la Marina, de la Aeronáutica, y la verdad es que ninguna sirvió para avisar al presidente de la República de que podría haber pasado eso”, criticó Lula.
El presidente brasileño insistió en dejó la capital el fin de semana para visitar una región afectada por inundaciones en São Paulo porque nadie le había avisado de la situación que se estaba fraguando en la ciudad.
“Si el viernes hubiese sabido que vendrían 8.000 personas aquí no habría salido de Brasilia, salí porque estaba todo tranquilo”, reforzó.
Lula también subrayó algo que viene repitiendo en los últimos días, la certeza de que hubo connivencia por parte de la Policía Militar de Brasilia y las Fuerzas Armadas, que facilitaron que los manifestantes invadieran el palacio presidencial, el Congreso Nacional y el Tribunal Supremo Federal.
En concreto sobre la participación indirecta de los militares en la intentona golpista, Lula prometió castigar a todos los implicados.
“Todos los que participaron en el acto golpista serán castigados; todos, no importa la patente (…) tendrán que ser apartados de sus funciones y responderán ante la ley”, declaró.
Lula afirmó que es muy importante no politizar las Fuerzas Armadas, recalcando que el Ejército no es de Lula, de Bolsonaro o de cualquier otro expresidente, sino que se trata de una institución del Estado que no puede tener preferencias políticas.