Brasilia/Prensa Latina
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, defendió este viernes nuevamente que los valores transferidos a áreas como la educación y la salud no configuran como gastos, sino inversión.
«Si la educación es la base de todo, he tomado la decisión de que, en nuestro Gobierno, cuando se habla de hacer universidad, guardería, escuela, la gente ya no puede utilizar la palabra gasto. La palabra tiene que ser inversión», declaró Lula durante un evento en la Universidad Federal de la región industrial ABC, en Sao Paulo.
Explicó que resulta «una inversión que la gente necesita hacer. Para la élite dominante de ese país, todo lo que es beneficio es gasto. Salud es gasto. Ahora bien, la salud es una gran inversión», reiteró.
Admitió que «todo el mundo sabe lo que cuesta una persona enferma a las arcas del Estado, pero cuánto puede producir, trabajar y aprender una persona que está en plena salud».
Destacó la importancia de promover la educación como una herramienta fundamental para el empoderamiento de los individuos y la construcción de un país más competitivo en el escenario internacional.
Para el exsindicalista, al invertir en la formación y cualificación de recursos humanos, una nación garantiza una base sólida para su progreso a largo plazo.
Además, destacó que la salud es un derecho básico de todo ciudadano y su acceso adecuado y de calidad contribuye al bienestar individual y colectivo.
Ponderó la importancia de invertir en infraestructura hospitalaria, en la capacitación de profesionales de salud y en la implementación de políticas públicas orientadas a la promoción de la sanidad preventiva y el combate a las desigualdades en el sector.
Recientemente, el fundador del Partido de los Trabajadores aseguró que no existe una inversión mayor que salvar una vida. «¿Cómo se puede poner algo como la salud dentro del techo de gastos?», se preguntó.
Señaló que, debido a esto, muchos avances sociales se han retrasado. «Cada vez que vamos a discutir un avance social aparece alguien del área económica para decir eso es un gasto y la gente no puede gastar», apuntó.
Puso como ejemplo lo que costó a «Brasil no cuidar de la salud más rápido, no alfabetizar al pueblo en la década de 1950, no haber hecho la reforma agraria antes, no haber acabado con el prejuicio racial, no tratar a las mujeres con el respeto que ellas merecen».
Según el gobernante, se debe cambiar el concepto de lo que se gasta y de lo que es inversión.