Por David Alfaro
21/10/2024
Macarena Olona, durante su tiempo en VOX, fue parte de un partido que ha sido asociado con posturas de extrema derecha y nostalgia por el régimen del dictador Francisco Franco. Su alineación con VOX, un partido que ha reivindicado aspectos de la dictadura franquista y que critica abiertamente el periodo de la Transición y las políticas que condenan ese régimen, ha llevado a muchos a asociarla con esa ideología.
Olona, quien una vez fue una destacada figura del ultra derechista partido VOX de España, ahora ha decidido vender su credibilidad y reputación para convertirse en una vocera del dictador Nayib Bukele, promoviendo un relato lleno de falsedades y propaganda vacía sobre un «milagro» salvadoreño que no existe. Olona, que arrastra una historia cargada de polémica y malas decisiones en su país, ahora se dedica a alabar sin pudor un régimen que ha sepultado a El Salvador en la oscuridad de la represión y el autoritarismo.
Resulta alarmante cómo Olona habla maravillas de Bukele, enalteciendo su «gestión» y su «seguridad», mientras los organismos internacionales como el Banco Mundial, Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la CEPAL, UNICEF, Human Rights Watch, Reporteros Sin Fronteras, etc. desmienten categóricamente sus afirmaciones. Las cifras de estos organismos revelan una realidad mucho más cruda: una deuda histórica, una pobreza rampante, desempleo, migración forzada de miles de salvadoreños que huyen del país debido a las políticas inhumanas del gobierno, violaciones de derechos humanos, persecución a periodistas y lideres sociales, detenciones arbitrarias y la creciente militarización son el pan de cada día bajo este régimen dictatorial.
Pero, ¿quién es Macarena Olona para hablar con tal soltura sobre un país que claramente no conoce ni entiende? La misma mujer que abandonó la política española envuelta en críticas y una reputación en declive, ahora parece haber encontrado un nuevo nicho donde poner en práctica su desvergonzada propaganda: el servilismo a una dictadura. Bukele, conocido por su dominio de los medios y su habilidad para manipular y hasta pagar la narrativa pública, ha encontrado en Olona una portavoz dispuesta a vender su integridad al mejor postor.
Lo más inquietante de todo es cómo esta mercenaria de la desinformación se presenta como una defensora de la libertad y la justicia, cuando en realidad su papel es ser un instrumento más en la maquinaria propagandística de un régimen que persigue, encarcela y tortura a quienes osan criticar a su gobierno. Los testimonios de las miles de familias que han sufrido bajo las políticas del régimen no cuentan en el discurso de Olona; su única misión es pintar un cuadro ficticio que beneficie a quienes le pagan.
En conclusión, Macarena Olona es, sin duda, una figura decadente que ha encontrado en la dictadura de Bukele una nueva forma de ganarse la vida. Al distorsionar la verdad y convertirse en una emisaria de la propaganda bukeleana, Olona traiciona los principios de justicia y verdad que tanto dijo defender. Su papel en este oscuro entramado no solo es vergonzoso, sino peligrosamente dañino, ya que contribuye a la perpetuación de un régimen que día a día destruye el futuro de los salvadoreños.