Por Leticia Farine/Laurence Boutreux
Madrid/AFP
Madrid acoge a partir del viernes el evento mundial más importante de reivindicación del «orgullo» de ser lesbiana, gay, bisexual o trans (LGBT), la WorldPride, en una España a la vanguardia de la protección de la diversidad sexual.
La capital española, de 3,1 millones de habitantes, está abierta a todas las personas «sean como sean, amen a quien amen», afirmó Berta Cao, comisionada de la alcaldía de Madrid para esta 5ª edición de la WorldPride, tras celebrarse en 2014 en Toronto y antes de desembarcar en Nueva York en 2019.
En preparación para recibir a dos millones de visitantes hasta el 2 de julio, Madrid adaptó decenas de sus semáforos peatonales para que en ellos aparezcan parejas hombre-mujer, mujer-mujer, hombre-hombre…
La WorldPride coincidirá con la celebración de los cuarenta años de la primera manifestación por los derechos homosexuales en España, que tuvo lugar en Barcelona en 1977.
Durante la dictadura del general Francisco Franco, de 1939 a 1975, la homosexualidad podía llevar a una persona a un centro de rehabilitación o a la cárcel.
Antes de eso, en 1901, dos maestras de escuela se convirtieron en las primeras españolas en contraer matrimonio, aunque una de ellas se hizo pasar por un hombres, según recuerda la exposición en Madrid «Subversivas, 40 años de activismo LGTB en España».
El cambio fue progresivo, a medida que se intensificaba la lucha por la diversidad, sobre todo en el barrio de Chueca en Madrid, escenario de una explosión de las libertades a partir de la década de 1980.
El cineasta español Pedro Almodóvar mostró sin tapujos en sus primeras películas una mezcla de personajes heterosexuales, homosexuales y trans.
Matrimonio desde 2005
Doce años atrás, España se convirtió en el tercer país en reconocer los matrimonios de personas del mismo sexo. Entre 2005 y 2015, se realizaron 35.300.
«Estamos más protegidos, hemos conseguido prácticamente la igualdad legal, y ahora estamos mejor formados para conseguir una igualdad social, real», estima el presidente de la federación estatal de LGBT (FELGBT), Jesús Generelo.
Madrid tiene fama de ser muy acogedora con la comunidad LGBT. Pero entre 2015 y 2016, España vio un alza de 36% de los «delitos de odio» ligados a la orientación o identidad sexual (de 169 a 230).
En todo caso, «no ha habido una WorldPride que haya tenido un apoyo institucional tan enorme», se congratula su coordinador, Juan Carlos Alonso.
Madrid quiere que la «Marcha del Orgullo» del 1 de julio sea la más grande jamás realizada durante una Worldpride, en solidaridad con todas las personas LGBT discriminadas, detenidas o torturadas en diferentes países, sobre todo en Chechenia, república rusa del Cáucaso.
«Manifiéstate por quienes no pueden en Rusia», donde está prohibida la «propaganda» homosexual, se puede leer en folletos que invitan a subir a Instagram una foto de la manifestación y geolocalizarla en la Plaza Roja de Moscú.
Una conferencia internacional sobre los derechos humanos reunirá a 180 expositores, entre ellos la exprimera ministra islandesa Johanna Sigurdardottir, presentada como la «primera jefa de gobierno lesbiana» el mundo o la salvadoreña de 25 años Bianka Rodríguez, quien denuncia que «en lo que va del año 2017, más de 300 mujeres trans han sido asesinadas en Centroamérica».
También está programada una conferencia de personas que viven con sida, que incluirá activistas venidos de Chile, Uganda o Armenia.
Carrera de tacones
Con excesos de todo tipo hasta bien entrada la noche, las fiestas anuales del «Orgullo» son más o menos toleradas por los habitantes del centro de Madrid, quienes a veces huyen de las multitudes y el ruido.
Pero la agenda también está repleta de actos culturales, como una pieza de teatro sobre la relación entre el poeta español Federico García Lorca y el hombre que fue su último gran amor, antes de que ser ejecutado en 1936.
En la WordPride los adultos también podran participar en un «campeonato de destreza y rapidez en poner preservativos», o votar por su favorito en el concurso «Mister Gay» y aplaudir en la «Carrera de tacones» animada por «drag queens», que el año pasado ganó un español con peluca rosada, barba de tres días y falda amarilla.
Todo bajo fuertes medidas de seguridad, ante las amenazas terroristas en Europa.