Por Valeria Pacheco
Caracas/AFP
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, aceptó que un «testigo» facilite el diálogo con la oposición tras más de un mes de protestas contra su gobierno -con saldo de 34 muertos- gracias a la mediación de una comisión de cancilleres de la Unasur que visitó el país.
«¿Quieren un testigo? Vamos a un testigo pues», dijo Maduro en un acto oficial en el estado de Vargas transmitido por cadena obligatoria por todos los medios de comunicación.
El mandatario además aceptó que la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) «elija a un grupo de cancilleres que sean testigos y se sienten a la conversación» con la oposición, pero advirtió que no aceptará «condiciones» ni «agendas previas porque no las estoy poniendo».
La comisión de cancilleres de Unasur, que a pedido del gobierno venezolano se reunió en Caracas con varios sectores de la sociedad, planteó a Maduro designar «un testigo internacional para que la oposición ahora sí (acepte) reunirse», indicó el presidente.
El acuerdo llega después de cinco semanas de fallidos intentos de Maduro para convocar al diálogo a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y el movimiento estudiantil -que lideran las protestas desatadas el 4 de febrero-, con quienes se reunió la misión de Unasur.
La comisión «celebra la voluntad de acordar un testigo de buena fe que facilite el diálogo entre todas las partes», indicó la Unasur en un comunicado emitido al término de una visita de dos días, sin detallar otras recomendaciones que hizo al gobierno.
Las protestas han ido perdiendo intensidad en las últimas semanas, aunque todavía quedan focos de esporádicos episodios de violencia. El jueves un pequeño grupo de radicales quemó escombros en los barrios de Altamira y Chacao (este de Caracas) tras lo cual fueron dispersados con gases lacrimógenos por la Guardia Nacional.
Bajar el tono del discurso
Las reuniones de la comisión continuarán en los próximos días a través de un grupo de «tres cancilleres, que va a dar los últimos retoques para que ese diálogo (con la oposición) se dé», informó en Bogotá el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, quien se ha ofrecido a mediar entre las partes implicadas.
Durante su visita, la comisión de la Unasur se reunió con líderes de partidos aliados al gobierno, de la MUD, organismos de justicia, representantes de distintos credos religiosos, organizaciones de derechos humanos y líderes estudiantiles.
La comisión aseguró que existe «disposición al diálogo de todos los sectores», que «manifestaron la necesidad de moderar el lenguaje, generando así un ambiente pacífico que favorezca las conversaciones».
La MUD y el movimiento estudiantil se niegan a acudir al diálogo mientras haya detenidos, continúe la represión por parte de la fuerza pública en las manifestaciones y el mandatario siga amenazando a líderes opositores, a quienes califica de fascistas, golpistas y ‘chukies’ (en alusión al muñeco diabólico Chukie).
«No va a haber más palabras de ese tipo de esta boquita, más nunca le digo ‘chukie lucky’ (al líder opositor Henrique Capriles)», dijo Maduro comprometiéndose a bajar el tono de su discurso contra sus detractores.
«Los voy a tratar así suavecito para que vayan a Miraflores», acotó.
Venezuela acusó el jueves a Estados Unidos de cuestionar a la comisión de Unasur luego de que la subsecretaria de Estado, Roberta Jacobson, afirmara que Estados Unidos está estudiando sanciones contra el país sudamericano si no se abre un «espacio democrático» a la oposición.
Esas declaraciones «constituyen un cuestionamiento a la comisión de cancilleres de la Unasur, que durante los últimos días participaron en numerosas mesas de diálogo con amplios sectores de la sociedad venezolana», indicó la cancillería venezolana en un comunicado.
Arremetida judicial
La oposición ha denunciado una ofensiva judicial en su contra luego de la destitución y detención de dos alcaldes y la destitución de la diputada María Corina Machado, quien amenazada de ser enviada a prisión, acusada de promover la violencia en las manifestaciones.
El mandatario ha denunciado que detrás de las protestas hay un «golpe de Estado en desarrollo» promovido por la oposición en alianza con sectores de la derecha de Estados Unidos y Colombia.
Sin embargo, la comisión de la Unasur dijo en su comunicado que constató que «todos los sectores» con los que se reunió condenaron «cualquier tentativa de ruptura del orden democrático».
La visita de los cancilleres de la Unasur a Caracas, que se produjo por petición del gobierno venezolano, fue aprobada el 12 de marzo pasado en una reunión extraordinaria de ministros en Santiago.