Caracas/AFP
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó que está dispuesto a ver hasta el «mismísimo diablo» con tal de iniciar un diálogo con la oposición, pero amenazó con radicalizarse si la OEA sanciona a su país.
Maduro multiplicó las invitaciones a los adversarios políticos que intentan sacar adelante un referendo revocatorio contra el mandatario, mientras la Organización de Estados Americanos (OEA) debate en Washington la crisis política en la nación petrolera.
«Soy capaz de ir a ver hasta al mismísimo diablo», dijo Maduro durante un acto en Caracas al remarcar su voluntad de acercamiento.
Al mismo tiempo instó a la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y en particular a Henry Ramos Allup, presidente del Parlamento, a responder positivamente su llamado.
El mandatario pidió «apoyo» para «más temprano que tarde obligar a la MUD y a Ramos Allup a sentarse» y conversar, tras seis meses de una intensa lucha de poderes con la mayoría parlamentaria opositora.
El choque se enmarca en una severa crisis económica azuzada por la merma de la renta petrolera ante los bajos precios.
La MUD rehúsa el diálogo propuesto por Maduro por considerar que «no se han establecido reglas claras» para que sea efectivo y transparente, y exige como condición un referendo revocatorio.
Medidas radicales
En otra intervención, Maduro aseguró que «si algún día las fuerzas de la derecha imperial aprobaran en alguna instancia un plan para expulsar (…) o para intervenir a Venezuela, (…) tengan la seguridad que no me temblaría el pulso para tomar las medidas más radicales».
El secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, convocó a los embajadores de los 34 países miembros para discutir el jueves la aplicación de la Carta Democrática Interamericana en Venezuela, un mecanismo que prevé sanciones en caso de ruptura constitucional.
Más temprano, la MUD pidió en un comunicado al organismo activar ese recurso «como mecanismo que ayude a resolver la crisis venezolana de manera pacífica y restablecer el orden constitucional».
Pese a ello, el mandatario afirmó que «Venezuela está exigiendo diálogo» y apoyó las gestiones que en tal sentido realiza un grupo de expresidentes liderado por el español José Luis Rodríguez Zapatero.
Durante una presentación en la OEA, Rodríguez Zapatero pidió este martes «una oportunidad» para abrir conversaciones entre Maduro y la alianza opositora.
El expresidente del gobierno español habló como portavoz de una iniciativa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para explorar opciones de diálogo en Venezuela.
Sin ceder en su postura, la oposición está empeñada en promover este año la realización de una consulta sobre la continuidad de Maduro -en el poder desde 2013- y trabaja en la validación de firmas para conseguirlo.
En caso de que el presidente venezolano sea sometido a un referendo este año y lo pierda, habrá elecciones anticipadas.
Pero el gobierno afirma que será imposible celebrar el revocatorio antes de 2017.
Si se llegara a celebrar el próximo año, y Maduro pierde, el mandatario podrá designar al sucesor que completara su periodo hasta 2019.