Moscú/Rusia/AFP
Apenas marcó un gol en lo que va del Mundial-2018 y brilló de forma intermitente: el indispensable Mario Mandzukic, que juega de centrodelantero con Croacia mientras que se mueve por los costados en la Juventus, debe descollar el miércoles ante Inglaterra para llevar a su selección a la final de Rusia-2018.
Hombre de entrega constante, un paralelismo de su actitud tanto dentro como fuera del campo podría describir a Mandzukic, después de que la prensa croata revelara que el goleador ha desembolsado más de 3.000 euros para pagar una ronda de cervezas a todos los habitantes de su pueblo natal, Slavonski Brod, para festejar la victoria en cuartos de final ante Rusia por penales (4-3 tras 1-1 y 2-2).
El gigante guerrero de 1,90 m y 86 kg ha desempeñado un papel clave en el dispositivo táctico de los balcánicos en este Mundial para el seleccionador Zlatko Dalic, así como también lo ha hecho en la «Juve» de Massimiliano Allegri.
Polifuncional
En Croacia se mueve como punta bien definido, mientras que en la Juventus su técnico Allegri aprovecha su perfil guerrero para volcarse hacia los costados, para tapar las salidas del rival y complementarse con Gonzalo Higuaín.
«Mi reto principal es prestar una atención particular en la fase defensiva, pero al mismo tiempo contribuir en ataque», explicaba el croata la temporada pasada a la cadena Sky Sports.
El delantero de 32 años ya ha dado muestras de su polifuncionalidad en el Wolfsburgo alemán, al que llegó en 2010 desde el Dínamo Zagreb y en el que jugó a un costado del centrodelantero Edin Dzeko, hoy en la Roma, hasta que el bosnio fue transferido al Manchester City en 2011.
El Bayern Múnich le echó el ojo y se lo llevó en 2012. Ganó la Champions en su primera temporada en Baviera, marcando en la final contra el Borussia Dortmund.
Y como prueba de su gran adaptación, luego tuvo muy buenos rendimientos en España con el Atlético Madrid (2014-2015) del Cholo Simeone y en Italia con la «Juve» actualmente.
¿En selección? Su promedio de gol cae un poco, ya que ha marcado 31 tantos en 87 partidos. En Rusia-2018 marcó una sola vez, pero su tanto fue importante y sirvió para igualar frente al bloque de Dinamarca en octavos de final. También ha dado una asistencia a Andrej Kramaric para igualar ante Rusia en cuartos.
Personalidad y corazón
Tal vez esos números puedan sonar a poco frente a los de otros artilleros como el inglés Harry Kane, quien lleva seis dianas y está cerca de la Bota de Oro en Rusia-2018. El miércoles en Moscú tendrán un duelo a distancia especial.
Según la empresa de estadísticas deportivas Opta, la asistencia de Mandzukic a Kramaric contra los rusos fue «su primer pase decisivo en un partido competitivo» en 21 encuentros internacionales. El anterior se remontaba a marzo de 2015.
Un goleador incisivo podría haber evitado que Croacia pase por dos prolongaciones y selle el pase a la siguiente ronda en los penaltis.
«¡Otra vez un drama para nosotros!», dijo Modric tras sellar el pasaporte a semifinales. «No jugamos bien en el primer tiempo, no controlamos el partido como lo hubiéramos deseado, pero dimos una muestra de carácter», añadió el crack del Real Madrid.
Personalidad y corazón, eso sí tiene Mario Mandzukic. Ahora la gente de Slavonski Brod sueñan con un gol del niño del pueblo, para llegar a la primera final de su historia y tomarse unas cervezas más en honor a SuperMario.