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Una plataforma integrada por un centenar de organizaciones feministas ha convocado manifestaciones en más de 40 ciudades españolas para la tarde de este lunes, para expresar su rechazo a la sentencia de la Audiencia de Barcelona en un caso en el que cinco jóvenes acusados de violar en grupo a una menor de 14 años en la localidad de Manresa (Barcelona) fueron sentenciados a penas de prisión por abuso sexual, pero no por agresión sexual.
Esta sentencia concreta se convierte así en el detonante de una reivindicación mucho más general, que ya se ha llevado a cabo con anterioridad, y que consiste en que la intimidación o la violencia dejen de ser requisitos para que una violación sea considerada agresión sexual, y que la aplicación de los diferentes tipos penales, por parte de la Justicia, se haga con perspectiva de género, y en función del consentimiento explícito.
Bajo lemas como ‘No es abuso, es violación’ o ‘Basta ya de justicia patriarcal’ (surgidos precisamente como reacción a la sentencia del caso ‘La Manada’, en la que otra violación grupal cometida en Pamplona en 2016 fue considerada en un primer momento abuso sexual por los magistrados que la juzgaron, y no como agresión sexual) vuelve a cuestionarse desde las calles de España el código penal del país, del que se exige una «modificación urgente» en el manifiesto elaborado por la Plataforma 7N, impulsora de las manifestaciones.
Movilizaciones multitudinarias en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Segovia, Valladolid, Salamanca, Toledo, Alicante, Sevilla, Cádiz o Málaga, entre muchas otras, exhiben este lunes un enérgico rechazo a lo que consideran una perspectiva jurídica culturalmente contaminada por una visión patriarcal de la realidad, que produce «interpretaciones anti-igualitarias del derecho a la libertad sexual» o «violencia institucional» contra las mujeres víctimas de delitos sexuales, tal como señalan en el citado manifiesto.
Cinco condenados por abuso sexual y un acusado absuelto
En el caso concreto que ha vuelto a provocar las protestas de las asociaciones feministas, una menor de 14 años fue violada por un grupo de hombres adultos. Cinco de los acusados fueron condenados por los delitos de abuso sexual y abuso sexual continuado, y un sexto hombre juzgado por los mismos hechos resultó absuelto por falta de pruebas que lo señalaran como «interviniente en los actos sexuales».
Además, un séptimo procesado, acusado de masturbarse mientras observaba la escena sin intervenir en favor de la víctima, también fue absuelto, ya que según el tribunal estaba impedido para evitar los delitos, ya que estos fueron «cometidos por una pluralidad de hombres y en un descampado alejado de zonas habitadas donde poder encontrar auxilio».
Los hechos ocurrieron el 26 de octubre de 2016, en una fiesta celebrada en una nave industrial abandonada de Manresa, cerca del campus universitario. En una caseta adjunta a esta nave, los acusados violaron a la adolescente, que se hallaba prácticamente inconsciente a causa de la ingesta de alcohol, interviniendo sucesivamente por turnos de 15 minutos.
Intimidación ambiental
La sentencia emitida en este caso no tiene en cuenta la petición que realizó la Fiscalía a mediados del pasado mes de septiembre, cuando elevó de abuso a agresión sexual la calificación jurídica de los hechos, al entender que existía una «intimidación ambiental» sobre la víctima.
Cabe destacar a este respecto que, en el caso de ‘La Manada’ de Pamplona, la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo español estableció precisamente, en su sentencia definitiva, este concepto de «intimidación ambiental» a la hora de valorar las circunstancias del delito, y determinó por tanto que no era necesario que la víctima opusiese resistencia física –sobre todo cuando está en una clara desigualdad de condiciones– para considerar lo sucedido como una agresión sexual. Es también por ello que en el caso más reciente de la ‘Manada de Manresa’, los detractores de la sentencia denuncian una incongruencia jurídica.
Por las redes sociales circulan abundantes vídeos e imágenes de las concentraciones de protesta.
La lluvia del lunes en la capital de España no ha impedido las concentraciones, que reivindican una reforma inmediata del Código Penal en materia de delitos sexuales.
Con consignas como «No estamos todas, faltan las asesinadas» o «Sola, borracha, quiero llegar a casa», la multitud concentrada frente a la sede del Ministerio de Justicia en Madrid expresa su postura crítica ante un sistema judicial al que consideran «patriarcal».
En otros puntos del país, como Murcia o Valencia, la protesta también se ha dejado sentir en las calles.
