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Manifestaciones masivas y huelga general contra violencia policial en Cataluña

Por Daniel Bosque/Anna Cuenca

Barcelona/AFP

Al grito de «¡Fuera las fuerzas de ocupación!», cientos de miles de personas se manifestaban este martes en Barcelona, en el marco de una huelga general para denunciar la violencia policial durante el referéndum de autodeterminación prohibido por la justicia, que agravó la crisis con el gobierno español.

Convocados a paralizar esta región de 7,5 millones de habitantes por sindicatos, partidos y asociaciones, los manifestantes -unos 300.000 según la policía municipal- marchaban en columnas, que de manera desordenada cortaban la circulación en diferentes puntos.

«Las calles serán siempre nuestras», «Adiós España», «Independencia», gritaban los manifestantes, en su mayoría estudiantes, que partieron de la Plaza Universidad.

En una pancarta podía leerse: «Quieren enterrarnos y no saben que somos semillas».

«Creo que esto ya es imparable, la gestión que ha hecho el gobierno de España ha sido horrorosa», decía a la AFP Albert Auset, informático de 51 años, que acompañaba a sus dos hijas, de 18 y 21 años, ataviadas con banderas independentistas y claveles rojos.

«Puede que con la fuerza consigan que no haya independencia este mes o este año, pero pasará, pasará», agregaba.

Enzarzado desde hace años en un conflicto creciente con el gobierno del conservador Mariano Rajoy, el ejecutivo catalán llevó a cabo el domingo una consulta sobre la independencia pese a la prohibición del Tribunal Constitucional.

En un intento de impedirlo, policías nacionales y guardias civiles recurrieron a porras, patadas, empujones y balines de goma contra manifestantes decididos a votar.

Cientos de claveles rojos, dejados por los manifestantes, cubrían el martes las rejas de la Escuela Ramón Llull de Barcelona, que la policía rompió el domingo para entrar a requisar urnas antes de cargar contra un grupo de manifestantes.

Pese a todo, 2,2 millones de personas lograron participar en la consulta sin garantías legales. Ante el boicot de los partidarios del ‘no’, un 90% votó a favor de la independencia.

La Unión Europea (UE) y Naciones Unidas pidieron al gobierno de Rajoy que dialogue con el ejecutivo independentista catalán, que amenaza con una declaración unilateral en los próximos días si no hay negociación.

«SOS», «Europe help us»: las pancartas de los manifestantes apelaban a la mediación internacional que el lunes había pedido el presidente regional catalán, el independentista Carles Puigdemont.

Escenas de tensión

En algunos lugares, se registraban escenas de fuerte tensión.

La Delegación del gobierno español en Cataluña, que denunció una «manipulación  de las masas», estaba protegida por innumerables furgones de policía, varias filas de vallas metálicas y un espeso cordón de agentes.

Cientos de personas, incluidos bomberos en uniforme, protestaban allí en un silencio sepulcral alzando las manos abiertas sobre sus cabezas en señal de rendición.

Las acciones de hostigamiento a los policías llegados de otros puntos de España fueron creciendo desde el domingo, y en la noche del lunes se organizaron varias manifestaciones frente a los hoteles donde se hospedaban y algunas comisarías.

«Estamos viendo cómo el gobierno de la Generalitat empuja cada día al pueblo catalán hacia el abismo y alienta la rebelión en las propias calles», afirmó en Madrid el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, tras reunirse con Rajoy.

El gobierno central «va a tomar todas la medidas que sean necesarias para frenar los actos de asedio», afirmó.

El seguimiento de la huelga era desigual según los sectores.

El metro de Barcelona se encontraba con servicios mínimos. Las fábricas de automóviles de SEAT funcionaban con normalidad, según una portavoz de la empresa, y unas 50 carreteras habían sido cortadas por los manifestantes.

El FC Barcelona se sumó al paro: ni los equipos profesionales ni los juveniles (de todas las disciplinas) se entrenaban este martes.

El puerto de Barcelona -tercero de España- y el mercado mayorista de alimentación -uno de los mayores de Europa- estaban casi paralizados. El aeropuerto funcionaba «con normalidad», según un portavoz.

La patronal catalana de PYMES Cecot anunció que el 90% de sus miembros hacía huelga: 70% por decisión patronal, 20% por acuerdo entre empleados y dirección, 10% por acción sindical.

Muchos de los monumentos e instalaciones turísticas de Barcelona, como el templo de la Sagrada Familia del arquitecto modernista Antoni Gaudí, tampoco abrieron sus puertas.

«Es una decepción porque sólo estamos aquí unos días, pero es difícil decir que mis vacaciones son más importantes que lo que está pasando», decía Karen Healey, una estadounidense de 53 años.

Desde 2010, el independentismo gana terreno en Cataluña, alimentado por la crisis económica y por la amputación del Estatuto de Autonomía de la región por el Tribunal Constitucional a instancias del Partido Popular (PP, conservador) de Rajoy.

Sin embargo, los sondeos muestran que los catalanes están divididos sobre la independencia: 41,1% a favor y 49,4% en contra, según la última encuesta del gobierno catalán publicada en julio.

Hostigamiento a la policía

Madrid acusó este martes al gobierno de Cataluña de alentar «la rebelión», en alusión al hostigamiento a las fuerzas del orden nacionales que el domingo trataron de impedir, en varios casos con violencia, el referéndum de independencia.

En las puertas de los hoteles donde se alojan o frente a las comisarías, las manifestaciones contra policías nacionales y guardias civiles desplegados en Cataluña se han propagado en las últimas horas, según denunciaron sindicatos de la policía y testigos.

Garantizando que el gobierno central hará todo lo necesario para «frenar los actos de asedio», el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, acusó al ejecutivo independentista catalán de alentar «la rebelión en las propias calles» de la región.

La noche del lunes al martes, centenares de personas se concentraron delante de un hotel en Pineda de Mar, 70 km al norte de Barcelona, donde se alojaban unos 200 agentes de la Policía Nacional.

Ante su actitud amenazante, según dijo a la AFP un empleado del hotel que pidió el anonimato, la policía catalana, los Mossos d’Esquadra, cortó las dos calles aledañas como protección.

En un correo al que tuvo acceso la AFP, la gerencia del hotel pidió a los policías que abandonen el edificio antes de las 4:00 de la tarde, hora local, de este martes.

«No he vivido una cosa similar nunca en ninguna parte, la integridad física de compañeros está siendo amenazada. Están siendo perseguidos, están huyendo de hotel en hotel, están como ratas escondiéndose», declaró a la AFP un portavoz del principal sindicato de la policía SUP, Ramón Cosío.

«La situación es muy grave», acotó, al denunciar la falta de intervención del gobierno central o las autoridades regionales.

«Cada noche los vecinos hacen escraches, tocando una cacerola con una cuchara. También hay lanzamiento de huevos, manzanas, naranjas contra el cuartel. Pero nada físico», dijo por su lado Alfonso Melino, de la Asociación Unificada de Guardias Civiles.

El deporte catalán se une a la huelga general en la región

El deporte catalán, casi en pleno, encabezado por el FC Barcelona, secundó este martes la huelga general convocada para protestar por la intervención policial del domingo para impedir un referéndum de autodeterminación, prohibido por la justicia española.

El Barcelona cerró todas sus instalaciones este martes, tal como había anunciado el lunes, paralizando las actividades de todas sus secciones, incluido el fútbol.

La página web del club azulgrana se mantiene sin cambios desde la tarde del lunes, con su comunicado sobre su adhesión a la huelga como primera información.

«El FC Barcelona se adhiere al parón impulsado por la Taula per la Democràcia (una plataforma que reúne a varias asociaciones) y, por tanto, el club permanecerá cerrado este martes», afirma el comunicado.

En el caso del fútbol, la mayoría de sus jugadores internacionales están ya con sus selecciones por lo que no les ha afectado el paro.

Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba se entrenaron este martes con total normalidad con la selección española en Las Rozas, en las afueras de Madrid, para preparar los partidos clasificatorios para el Mundial de Rusia-2018 contra Albania e Israel.

Sin embargo, el técnico azulgrana Ernesto Valverde y el resto de jugadores no han entrenado este martes, tras haberlo hecho la víspera.

Al igual que la sección de fútbol, el equipo de balonmano azulgrana también ha parado, al igual que el conjunto de baloncesto.

Además, el club culé cerró su museo y suspendió las visitas guiadas, al tiempo que su televisión sólo ofrece «contenidos de archivo».

El otro gran equipo de la capital catalana, el Espanyol, cerró sus instalaciones y aplazó varios eventos, aunque dio libertad a sus trabajadores para decidir si querían seguir o no la huelga.

Llamamiento a la concordia

Simultáneamente, publicó un llamamiento a «la concordia y el diálogo» para que no se reproduzcan los sucesos del domingo en Cataluña «ni se vivan otros con peores consecuencias».

El tercer equipo catalán de Primera División, el Girona, también suspendió los entrenamientos de su primer equipo y su fútbol base, además de cerrar sus instalaciones.

En el baloncesto, además del Barcelona, también secundó el paro el Joventut de Badalona, que el lunes anunció que el Pabellón Olímpico «permanecerá cerrado al público», y que se suspendían «todos los entrenamientos desde el primer equipo hasta iniciación».

También el equipo del Balonmano Granollers, de la liga Asobal, anunció que «para todas las actividades deportivas» este martes.

En prácticamente todos los casos, los anuncios de adhesión a la huelga están acompañados por mensajes de condena a la intervención policial del domingo para impedir un referéndum de autodeterminación, prohibido por la justicia española.

Más de 800 personas, según el gobierno independentista catalán, fueron atendidas por los servicios sanitarios debido a la intervención policial.

La Federación de Vela Catalana suspendió la primera jornada del Campeonato de Europa de la clase Láser, alegando no disponer de personal, tras la decisión «del comité de regatas y del equipo de organización de solidarizarse con el paro en Cataluña».

La Federación española de vela reaccionó afirmando que «no comparte» esta decisión tomada «de forma unilateral y sin previo aviso».

La decisión «ha dejado en tierra a los más de 300 deportistas de 58 países que se han desplazado a España para competir en una prueba europea de máximo nivel», desde este martes hasta el domingo, añadió.

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