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FRANCIS FANCI
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Hablaremos hoy sobre el mantram o mantra, treat como se le conoce más en occidente; lo haremos porque observo que para muchos no está muy claro que es el mantra, online cuales son los resultados de su práctica y cuál es su uso correcto. Los prejuicios religiosos hacen que cristianos de toda denominación vean el entonar y meditar mantra como algo no espiritual y más bien diabólico; pero cristianos, así como musulmanes, judíos, budistas, taoístas, hinduistas, etc. todos usan mantras.
El rosario mariano tiene su equivalente en la yapa hindú y las letanías, no son más que mantras; “amén” es el mantra compartido por todos los cristianos. Pero un mantra no solo es un quehacer religioso, es una práctica sicológica, es una actividad neuronal.
Mis lectores saben que soy enemigo del dogma, que soy partidario del encuentro personal con las respuestas a las dudas existenciales, así que una vez más, a que no creas lo que digo ¡solo pruébalo! Es sencillo, todo lo que tienes que hacer es escoger una frase, no importa en qué idioma, aunque sin prejuicios te digo, es más difícil en inglés y más efectivo en lenguas sonoras como el Latín y el Indoariano o Sánscrito; esta sentencia espiritual la llevas a tu mente y la repites constantemente con sonoridad y energía solo mentalmente durante todo el día, desde que despiertas, hasta que te duermes repitiéndolo.
Por supuesto, habrá momentos en los que no podrás, pues alguna actividad exigirá de ti más atención y concentración, pero observarás que el automatismo en el uso del mantra, te permitirá caminar, conducir un vehículo, manipular algunas máquinas, comer, ducharte, etc. sin que te estorbe o dificulte la atención en lo que haces, los resultados serán perceptibles a corto plazo; experimentarás sus beneficios cuando te veas atrapado en cada vez peores congestionamientos de tráfico, cuando tengas que hacer largas colas o filas, cuando te sorprenda un temblor, cuando tengas una entrevista importante, en fin, en todos aquellos momentos que usualmente provocan estrés. Cuando tienes tu mantra personal, no lo cambies ¡nunca! Así es como funciona.
He aquí uno muy bonito: “Esto es perfecto, aquello es perfecto, todo es perfecto, porque de lo perfecto solo lo perfecto viene”. O éste, descubierto por el explorador Iván Notovich, en una lamasería en el Tíbet y que alude al paso de Jesús por esas tierras: Om Issa Om, o éste breve pero poderoso: Señor mío y Dios mío.
HARI OM.
FRANCIS FANCI. –Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas-
