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MANUEL FLORES PROPONE “HAMBRE CERO”

Por: Licenciada Norma Guevara de Ramirios

El viernes 13 de octubre pasado, en el municipio San Juan Opico, departamento La Libertad, el candidato a la presidencia de la República por el FMLN, licenciado Manuel Flores (el Chino Flores), presentó una propuesta encaminada a asegurar la soberanía alimentaria de todos los salvadoreños.

Luego de saludar a los más de 400 mil agricultores del país, y señalar a las políticas fracasadas del gobierno de Nayib Bukele por los problemas de escasez, altos precios de los alimentos y abandono al campesinado, Manuel aseguró que su segunda propuesta de gobierno es “Hambre Cero”.

Esta propuesta supone apoyo de asistencia técnica, crédito y compra por el Estado de granos básicos, almacenamiento y venta a precios racionales en tiempos de dificultades sean originadas por problemas climáticos o por otras dificultades, como las que hoy vive la hermana República de Guatemala.

El concepto recuerda la añorada existencia del Instituto Regulador de Abastecimientos, IRA, que fue abandonado durante los años 80 y que permitía adquirir productos a precios menores que el mercado, en tiempos anteriores al conflicto armado que vivió nuestro país.

El candidato presidencial aseguró que desde la presidencia se invertirían 60 millones de dólares en depósitos de reserva, como los que sirvieron de escenario para el lanzamiento de su propuesta: graneros en los que se pueda almacenar productos como maíz, frijol, arroz; uno en occidente, uno en el centro y otro en oriente.

La propuesta se presenta al país cuando vivimos  una escalada de alza de precios de maíz, frijol, carnes, verduras y frutas, y todo lo relativo al alimento que consumimos la mayoría, sin que el gobierno haga algo para frenar dicha alza.

El Chino Flores hizo notar que si las fronteras de Guatemala y Honduras se cierran y dejamos de importar alimentos, pereceríamos como pueblo; de allí la importancia de apoyar la producción nacional y de estimular acuerdos y relaciones positivas con nuestros vecinos.

Ya la ONU había advertido que en nuestra región serán afectados unos 8 millones de personas que padecerán hambre, como efecto del cambio climático, por eso los gobiernos deben poner en práctica acciones que limiten o mitiguen ese impacto.

Desde febrero de 2021, Naciones Unidas había señalado que las sequías, los huracanes y el COVID 19, habían casi cuadruplicado el número de personas que pasan hambre en Centroamérica.  Señaló que aumentó a 8 millones el número de personas que pasan hambre en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, frente a los 2.2 millones que la padecieron en 2018.

Frente a esta realidad, el gobierno actual, en vez de dar pasos para apoyar a los agricultores, ha favorecido las importaciones y convertido éstas en negocio de personas cercanas al grupo gobernante; de manera que es el momento de señalar, pero también de proponer caminos que en el futuro cercano contribuyan al aseguramiento de la alimentación de los habitantes de nuestro país.

Por eso, la formulación de una propuesta con esa frase de Hambre Cero, expresa un compromiso con la gente, con todos, pero principalmente con quienes hoy se levantan y apenas logran una taza de café, o no comen los tres tiempos, como han señalado organizaciones que investigan la realidad socioeconómica de las familias salvadoreñas.

Este problema es también generador de migraciones de quienes creen poder encontrar en otros países del norte de nuestro continente, una solución a sus carencias, lo que además es inseguro, pues abundan los casos de muerte y sufrimiento en el camino.

Hablar de soberanía alimentaria como una gran meta, de hambre cero para nuestro pueblo, significa articular capacidades de profesionales, de instituciones estatales, de productores y productoras, de buscar y contar con apoyo externo y, sobre todo, la voluntad política de poner primero a la gente, más que a la fantasía de ser sede de espectáculos como el concurso Miss Universo.

Manuel Flores está mostrando que vive y siente con el pueblo sus necesidades, que tiene talento para idear caminos de soluciones a problemas graves y, por eso, merece la confianza y el voto de quienes nos identificamos con el sueño de un país en el que se trabaja por construir justicia social, participación de sectores y respeto a los ciclos de la vida.

Tanto entiende esto, que hizo ver que el dinero no se come, el país tiene que movilizar su capacidad creativa y productiva. Ese es el horizonte de esta nueva propuesta del Chino Flores.

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