Teherán / AFP
Una inmensa multitud rindió el lunes homenaje al general Qasem Soleimani en las calles de Teherán, clamando venganza por la muerte del comandante y sus compañeros de armas en un ataque estadounidense en Irak.
Soleimani, arquitecto de la política expansionista iraní en Oriente Medio como jefe de la fuerza Al Quds de los Guardianes de la Revolución, murió el viernes en un atentado con dron cerca del aeropuerto de Bagdad, lo que atizó las tensiones entre Teherán y Washington.
Ante el temor de que explote el conflicto, los embajadores de los países de la OTAN se reunieron este lunes en Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea lo harán el viernes en esa ciudad, y la canciller alemana, Angela Merkel, analizará la situación con el presidente ruso Vladimir Putin el sábado en Moscú.
«En nuestra reunión, los aliados pidieron moderación y distensión. Un nuevo conflicto no beneficiaría a nadie, por lo que Irán debe abstenerse de más violencia y provocaciones», declaró el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Una marea humana invadió las avenidas Enghelab («Revolución» en persa), Azadi («Libertad») y sus alrededores, con banderas rojas (el color de la sangre de los «mártires») o iraníes, pero también libanesas e iraquíes.
Visiblemente emocionado, el ayatolá Jamenei pronunció una breve oración en árabe en la universidad de Teherán, ante los féretros de Soleimani, del iraquí Abu Mehdi Al Muhandis (número dos de la coalición paramilitar proiraní Hashd Al Shaabi) y de otros cuatro iraníes asesinados en el mismo ataque.
El líder supremo y los otros dirigentes presentes, como el presidente Hasan Rohani y el general de Hosein Salami jefe de los Guardianes de la Revolución, abandonaron rápidamente el lugar, antes de que el cortejo se abriera paso con dificultad entre la multitud para llegar a la plaza Azadi.
Desde allí fue trasladado el ataúd de Soleimani en avión a la ciudad santa chiita de Qom para una ceremonia. El general será enterrado el martes en Kerman (sureste), su ciudad natal.
– «Símbolo de estupidez» –
Estimada en «varios millones» por la televisión estatal iraní, la multitud gritó ¡»Muerte a Estados Unidos!», «¡Muerte a Israel!». Se quemaron banderas de esos dos países. Hombres y mujeres lloraban pidiendo venganza.
«Estúpido Trump, símbolo de estupidez y juguete en manos del sionismo (Israel), no piense que con el martirio de mi padre, todo terminó», advirtió Zeinab, la hija de Qasem Soleimani, cuyo discurso conmovió a la multitud.
«Nuestra respuesta debe ser devastadora. Debemos atacar toda base militar estadounidense en la región (…) todo lo que esté al alcance de nuestros misiles», aseguró entre la multitud un iraní de 61 años que se identificó como Afjami.
«Los golpearemos, los haremos pagar por la sangre vertida por su culpa», dijo Mehdi Ghorbani, un funcionario que acudió al cortejo con su mujer y su hijo.
Presente en Teherán, el jefe de la oficina política del Hamas palestino, Ismail Haniyeh, también causó furor entre la muchedumbre.
La muerte de Soleimani se produjo después de un ataque sin precedentes a la Embajada de Estados Unidos en Bagdad por parte de manifestantes proiraníes.
– «Nunca tendrá el arma nuclear» –
Teherán prometió una respuesta «militar», una «dura venganza» que golpeará «al lugar correcto en el momento correcto».
Aunque la comunidad internacional multiplica sus llamados a la «desescalada», la «prudencia» o la «moderación», el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reiteró el domingo que si Irán «hace algo, habrá grandes represalias».
Trump amenazó además con imponer sanciones «muy fuertes» contra Irak, después de que el Parlamento iraquí votara una resolución que pide la retirada de unos 5.200 militares estadounidenses en ese territorio.
En esta convulsión, Irán anunció el domingo una nueva reducción de sus compromisos contenidos en el acuerdo de 2015 sobre su programa nuclear, en respuesta a la retirada unilateral de Estados Unidos en mayo de 2018 del pacto y al restablecimiento de las sanciones económicas contra Teherán.
«Irán nunca tendrá el arma nuclear», escribió el lunes en mayúsculas en Twitter el presidente estadounidense, Donald Trump.
Irán precisó que se desliga de cualquier límite «al número de sus centrifugadoras» de uranio; pero dijo que seguirá sometiéndose «como antes» a inspecciones nucleares del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), contempladas en el acuerdo.
El OIEA, con sede en Viena, dijo estar «al corriente del anuncio» iraní y subrayó que sus «inspectores continúan sus actividades de vigilancia» en Irán.
Francia, Gran Bretaña y Alemania pidieron a Irán retirar «todas (sus) medidas no conformes» al pacto. Rusia instó a los países firmantes del acuerdo garantizar su aplicación con «prioridad». Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos, llamó a la calma.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó el lunes que una reducción de las tensiones están «en el interés de Irák e Irán».
La UNESCO aseguró que Estados Unidos e Irán deben proteger los sitios culturales, incluso en caso de conflicto.
Mientras, los precios del petróleo siguen subiendo y se estremecen las bolsas mundiales. El oro alcanzó este lunes su precio más alto desde mediados de 2013.