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@GloriaCoLatino
“María Julia Hernández es como la Verónica que limpió el rostro de Jesús, capsule cuando estaba siendo vejado, advice ese valor de mujer que llegó hasta él para asistirlo cuando era víctima de otros”, viagra mencionó la hermana Noemy Ortiz, al reseñar sus vivencias con la ex directora de Tutela Legal del Arzobispado.
La hermana Noemy trabaja en el Bajo Lempa en asistencia a las víctimas del pasado conflicto armado, y quien se encargó de reseñar parte de la vida y trabajo de María Julia Hernández, quien fuera directora de Tutela Legal del Arzobispado desde 1982 hasta su deceso el 30 de marzo de 2007.
En el marco de la celebración del “Día Internacional al Derecho a la Verdad en relación con Violaciones Graves de los Derechos Humanos y de la Dignidad de las Víctimas”, Tutela Legal “María Julia Hernández”, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y organizaciones sociales conmemoraron el 9o aniversario luctuoso de María Julia Hernández y el 36o de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, considerados referentes históricos en asistencia a las víctimas.
Ortiz recordó el trabajo a profundidad que realizó María Julia Hernández y su equipo de abogados en las masacres de El Mozote y La Quesera, ocurridos en la década de los años ochenta, durante el conflicto interno del país.
De la Masacre de La Quesera recordó por 20 años pasó en silencio este crimen colectivo cometido por elementos de la Fuerza Armada y fue hasta que siendo directora de Tutela Legal inició la recolección de testimonios, la investigación a fondo del caso y la presentación de la demanda ante las autoridades judiciales.
“Para la gente de La Quesera, el trabajo de María Julia fue extraordinario, con un acompañamiento bastante importante; porque no se acercó a las víctimas, solo como una profesional, sino como una persona que tiene un corazón y que podía entender del sufrimiento de ellas y apoyarlas en su búsqueda de la verdad, en las comunidades, por eso, la bautizamos como la Verónica, una mujer que tuvo el coraje de limpiar el rostro de los crucificados de El Salvador”, afirmó.
Mientras, el Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, David Morales, reconoció de María Julia Hernández como una “gran defensora de derechos humanos” durante la guerra civil, en la década de los años ochenta y noventa.
“La fecha de su muerte coincidió también, con el Aniversario de la Masacre de Catedral, perpetrada por autoridades contra la población que asistió a las exequias de Monseñor Romero; por tanto, este día rendimos un homenaje a una vida entregada en la defensa de los derechos humanos, son definitivamente hechos históricos que nos dejaron un legado, que en un momento de tanta violencia debemos recordar a María Julia, para inspirarnos en los cambios para El Salvador de hoy”, expresó.
El Padre Roque Regalado, de la Parroquia Nuestra Señora de los Mártires de Quezaltepeque, resaltó la importancia del derecho a la verdad y la dignidad de las víctimas, para construir un cambio en la sociedad actual.
Sobre Monseñor Oscar Romero, el Padre Regalado mencionó que en sus Homilías dominicales el Pastor Mártir creó un espacio para la verdad, en momentos de mucha represión, en donde los medios de comunicación estaban politizados por los gobiernos de turno.
En cuanto a María Julia Hernández, destacó su papel fundamental cuando decidió documentar, grabando todas las homilías de Monseñor Romero y transcribiéndolas; luego continuó el legado en la Oficina del Socorro Jurídico que Monseñor Arturo Rivera y Damas funda a posterior, Tutela Legal del Arzobispado.
“Hay tres puntos de encuentro entre María Julia y Monseñor Romero, una fe cristiana encarnada porque es, en un ambiente eclesial en el que se desarrolla; segundo la urgencia que había de denunciar la violación de los derechos humanos y una parte muy hermosa que es la lucha por la atención de las víctimas, y creo también que son estos puntos los que hemos perdido en la sociedad salvadoreña”, reflexionó.
