Río de Janeiro/Brasil/AFP
Los brasileños celebraron el miércoles con más alivio que júbilo el triunfo de la Seleçao ante Serbia en una jornada que también apartó el fantasma de un reencuentro con Alemania, su verdugo de 2014, sorpresivamente eliminada.
«Brasil está jugando mejor» que en los dos primeros partidos, constató Edmilson, camarero en un café de la plaza Cinelandia, en el centro de Rio, en referencia a los dos primeros encuentros, cuando el desempeño de los hombres de Tite ante Suiza y Costa Rica llenó de duda a los torcedores.
Las grandes ciudades quedaron desiertas desde inicios de la tarde, antes del comienzo en Moscú del duelo en el que la canarinha se impondría 2-0, quedando en primer lugar del Grupo E.
Los goles de Paulinho y Thiago Silva fueron celebrados con griterías en los bares con pantallas y el final con algunos cohetes sin ningún estallido de euforia cuando el árbitro dio el pitido final.
Como lo reconoció el propio capitán, el defensor Miranda, en declaraciones a la cadena SportTV, el partido permitió «confirmar que estamos haciendo un gran trabajo, y ahora nos toca darle continuidad».
La verdeamarela enfrentará en octavos a México, gracias a la eliminación de Alemania, que en 2014 eliminó en Brasil a los locales con humillante 7-1.
Muchos soñaban, pero muchos temían, un reencuentro con la temible Mannschafft.
Edmilson es de los primeros. «México será difícil, pero hubiera sido mejor enfrentarse con Alemania, para ver qué sucede» cuatro años después de esa afrenta, afirma.
Más cauto se muestra Anderson «C2» (dice que así lo llaman todos), que comparte mesa con seis colegas de una empresa de tecnología, la mayoría con camisetas amarillas. «¡Prefiero México! No soy vengativo», bromea.
Los ‘torcedores’ también sintieron cierta tranquilidad con el desempeño del astro Neymar, cuestionado por su rendimiento en los dos partidos anteriores, con caídas espectaculares por faltas en algunos casos dudosas.
«Neymar se cae menos, pero debería tener más la pelota», sostiene Alan Sousa, colega de Anderson «C2».
Denise Silva, una treintañera negra, dice que su jugador preferido es Marcelo, «el más bonito», y Coutinho, pero que Neymar no le gusta, porque «es muy ego».