Ana Gloria Carranza
Carmen Eugenia Pinto*
Aclarando. Lesa Humanidad significa agraviada humanidad. Habida cuenta de que leso significa, agravado, lastimado, ofendido. De allí que crimen de Lesa Humanidad alude a un crimen que ofende, agravia, injuria a la humanidad.
En los 50´s crecimos escuchando sobre una de las más horrendas masacres de la historia contemporánea latinoamericana. La que sucedió en 1932 en nuestro amado país. El Salvador. Se estima que entre 15,000 y 30,000 personas fueron asesinadas. No hubo juicios que precedieran las ejecuciones en masa pues, como narra Jorge Lardé y Larín, las víctimas fueron “pasados por las armas o matados como perros en sus ranchos o caminos”. Con la matanza, el Estado se propuso eliminar a los comunistas y a sus aliados: los campesinos que habían participado en una rebelión en los pueblos indígenas. La masacre fue la culminación de una lucha que combinaba defender sus derechos de clase así como recuperación de sus derechos étnicos pues la mayoría de los campesinos eran indígenas.
También crecimos escuchando sobre Hiroshima y Nagasaki. Hiroshima, la Primera ciudad del mundo donde se lanzó una bomba atómica (6 agosto 1945). También sobre Nagasaki que fue destruida por la bomba atómica en 1945. Ambas lanzadas por U.S.A. En nuestra época de niñas, no había peor ofensa que decirle a alguien: “Ve qué hijo de Truman es éste”. Y es que históricamente sabemos que aunque estas decisiones son parte de un plan, el Presidente Truman fue el que dió la orden. Orden cuyas consecuencias aún están vigentes en la salud y memoria de los japoneses y que nunca fue procesado en los tribunales por formar parte del grupo “ganador” de la Segunda Guerra Mundial.
Asimismo, recordamos que cuando teníamos 9 ó 10 años de edad nos llevaron de parte de nuestros centros educativos al cine “Apolo”, localizado en ese entonces, en nuestro Centro Histórico de San Salvador, a ver la película : “Juicio de Nuremberg”. Y aunque las escenas que se mostraban eran crudas para ser exhibidas a un público de esa corta edad, ahora entendemos que el objetivo principal de los organizadores era el dejar una huella profunda en nuestras mentes infantiles para denunciar el genocidio cometido contra la población judía por el gobierno nazi. Denuncias que aún la población judía mantiene vigentes en los distintos medios de comunicación internacionales. Como también mantiene vigente la “cacería” de todas aquellas personas que cumpliendo órdenes participaron en esas decisiones, personas que una vez localizadas, son procesadas con las leyes actuales “para no olvidar”. Ahora, en nuestras noticias, es un tema actual el proceso que se está siguiendo al “Asesinato de los Jesuitas y sus dos colaboradoras, Elba Ramos y su hija Celina de 15 años de edad ”. Calificado como crimen de Lesa Humanidad porque fue perpetrado por las autoridades del Estado Salvadoreño, como parte de un plan generalizado y dirigido a una población civil por motivos sociales, políticos y económicos de acuerdo a un plan sistemático que permite la realización repetida de actos inhumanos. Tristemente podemos deducir de estos cuatro ejemplos, que el denominador común como planeador y ejecutor de estas terribles masacres en contra de personas humanas totalmente indefensas ha sido el Estado. Y, que, en nuestro caso de El Salvador, debemos todos los ciudadanos salvadoreños de estar vigilantes para que estas situaciones no vuelvan a repetirse y apoyar todos los procesos judiciales que se den para el esclarecimiento de crímenes calificados de Lesa Humanidad. Que deben ser perseguidos en todo tiempo. Para garantizar el “no olvidar” para que no se repitan.
Y así continuar con la esperanza del “Buen Vivir”.
*Amigas CAPI