Mónica Melara
@monica_melara
Exempleados de la empresa Brooklyn, entre estos mujeres embarazadas, protestaron frente al ministerio de trabajo, ya que el pasado viernes se llevaron por sorpresa que la empresa había cerrado operaciones y les negaron el acceso a las instalaciones
La empresa ubicada en San Marcos tenía más de 20 años en El Salvador, sin embargo, a mediados del año pasado tubo un cambio de administración y desde entonces se dañó la relación entre jefes y empleados.
Marina Grande manifestó que los directivos de los sindicatos se aprovechaban de su puesto; se incapacitaban con frecuencia, no trabajaban, pasaban hablando por teléfono en el baño.
Mientras que los empleados que no estaban afiliados, pasaban trabajando por mucho más tiempo, para cumplir con los pedidos de la empresa.
“Los sindicatos hicieron que la empresa cayera, ellos no hicieron su parte, la empresa tenía los pagos al día, con todas las prestaciones de la ley, nosotros y nuestros hijos éramos beneficiarios con becas” afirma Grande, exempleada de Brooklyn.
Los personas no afiliadas al sindicato piden justicia, ya que según los trabajadores, el ministerio de trabajo gestionó con los dueños de la empresa, el pago de una credencial a sindicalistas que ronda los $5 mil y $10 mil. Además, se estableció una mesa de diálogo a la espera de una pronta solución.