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Más de 5.000 víctimas civiles en Afganistán en seis meses, un nuevo récord

Por Anne Chaon

Kabul/AFP

El número de víctimas civiles en Afganistán en los primeros seis meses de 2016 alcanzó una cifra récord de 5.166 muertos y heridos, según la ONU, una clara muestra de la degradación de la seguridad en ese país.

En un informe publicado el lunes, la misión de asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (Unama) indica que en el primer semestre del año se registraron un total de 1.601 muertos y 3.565 heridos, un aumento de un 4% con respecto al mismo periodo de 2015.

Un tercio de las víctimas son niños, incluyendo 388 fallecidos.

Este balance fue publicado dos días después de un doble atentado suicida del grupo yihadista Estado Islámico (EI), que dejó 80 muertos y 231 heridos en Kabul.

«Matan a la gente cuando están rezando, trabajando, estudiando, cuando van a buscar agua o salen del hospital», dijo Tadamichi Yamamoto, el representante especial en Kabul del secretario general de la ONU.

«Cada víctima civil representa un fracaso y tiene que llevar a las partes en conflicto a reaccionar (…) para reducir el sufrimiento de los civiles y reforzar su protección», añadió.

El balance, «prudente» y «sin duda subestimado», según la ONU, es el más alto desde que la Unama comenzó su cómputo en 2009.

«El número total de víctimas civiles registrado por la ONU entre el 1 de enero de 2009 y el 30 de junio de 2016 llega a 63.934», entre los que hay 23.000 muertos y 41.000 heridos.

La Unama acusa a las fuerzas insurgentes, principalmente a los talibanes y a la organización Estado Islámico (EI), de ser responsables de la mayoría (60%) de las víctimas.

Pero la misión de la ONU también destaca que las víctimas provocadas por las fuerzas gubernamentales están en alza de 47% en relación al año pasado y que representan el 23% del total.

En 2015, la ONU contabilizó un total de 11.000 victimas civiles.

Vidas rotas

En el 85% de los casos, la muerte o las lesiones de niños son provocadas por explosivos abandonados, como minas y otros «objetos explosivos improvisados», indica la misión.

Pero los ataques suicidas, como el del sábado, son responsables del 20% de las víctimas, frente al 17% por los objetos explosivos improvisados y 38% por los combates de terreno.

Para realizar este balance, la ONU se basa también en testimonios de víctimas y familiares. Más allá de las estadísticas, recalca, los efectos del conflicto tienen un impacto profundo en la sociedad afgana y en la vida de las personas.

«Una familia que pierde su sustento y tiene que sacar a los niños de la escuela; un chófer amputado que no puede seguir trabajando; un padre que sale a hacer compras y que al regresar encuentra muerta a toda su familia (…) En los últimos seis meses, hemos recolectado 5.166 testimonios como estos», indicó el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein, citado en el informe.

«Los abusos que se presentan aquí desencadenan una serie de desastres humanos que van más allá de Afganistán, hasta el Mediterráneo y más allá, ya que muchos afganos tratan de buscar asilo fuera de su país, tomando riesgos enormes», recalcó.

Los afganos representan la segunda población de refugiados en el mundo (después de los sirios) con 2,4 millones repartidos en los países vecinos, principalmente Pakistán e India, según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnuar) y cerca de 200.000 en Europa.

Desde finales de 2014, cuando la mayoría de los soldados occidentales abandonaron Afganistán, la situación ha empeorado.

Cerca de 12.000 militares occidentales (entre ellos 9.800 estadounidenses) siguen en el país pero se dedican principalmente a formar y apoyar a las fuerzas afganas.

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