Zúrich/dpa
Más mujeres, sovaldi sale más derechos humanos y más transparencia: ésas son algunas de las medidas más llamativas de la amplia reforma aprobada hoy por el congreso de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), que pretende así recuperar la credibilidad perdida por la corrupción.
La iniciativa, que incluye además una modificación del comité ejecutivo y una limitación de mandatos, fue rubricada por 179 votos a favor y 22 en contra, lo que supone superar ampliamente el 75 por ciento de los 207 delegados, umbral necesario para modificar los estatutos.
«Debemos enviar un mensaje al mundo, un mensaje de unidad», dijo el presidente interino Issa Hayatou, que sustituye al suspendido Joseph Blatter. «La FIFA empieza su viaje con un objetivo, restaurar la confianza».
Nueve meses después de que el FBI desatara el escándalo del «FIFAGate», la reforma de la organización se consideraba como la única manera de salvar su imagen pública.
Unas horas antes de elegir sucesor al polémico Joseph Blatter, punto fuerte de la jornada, el congreso acordó que laFIFA debe ser más amable y transparente.
A través de una nueva separación de poderes se espera evitar en el futuro la corrupción y los tratos de favor. Prácticamente todos los estamentos de la FIFA, desde la presidencia hasta las comisiones, se verán afectadas por los cambios.
El presidente pierde poder en favor de un nuevo Consejo, un órgano que sustituirá al controvertido comité ejecutivo. Por primera vez, además, tendrá un límite de mandatos, un máximo de tres periodos de cuatro años, y su sueldo será público.
No obstante, el nuevo presidente seguirá manteniendo influencia y propondrá, por ejemplo, al secretario general, que pasa a ser el hombre fuerte de la FIFA y estará al frente del día a día.
El Consejo es la cámara sustituirá al polémico comité ejecutivo. En vez de los 25 miembros del actual ejecutivo, el futuro órgano ejecutivo contará con 36.
Cada confederación tendrá la obligación además de designar al menos a una mujer para integrar la cámara de gobierno, que tendrá funciones similares a un órgano de vigilancia, alejado de las decisiones de marketing y derechos televisivos. Ya no tendrá competencias sobre esas materias, pero sí vigilará los movimientos.
En los nuevos estatutos, la FIFA se compromete además a respetar los derechos humanos, capítulo polémico en un momento en el que las dos próximas Copa del Mundo se disputan en Rusia y Qatar, dos países criticados por su política a este respecto.
Las comisiones permanentes serán reducidas drásticamente de 26 a nueve. Hasta ahora, estos órganos se consideraban un instrumento para conceder favores a cambio de apoyos. El presidente de la Federación canadiense, Victor Montagliani, miembro del grupo que elaboró el paquete de reformas, las consideró «una pérdida de tiempo».
El director de la Federación de Palestina, Gonzalo Boye Tuset, se encargó de hacer de portavoz a los opositores. «Este no es el mejor camino», dijo. «Somos una asociación, no una empresa. Necesitamos tiempo para que se calme la tormenta».