Jim Casalbé
PROHIBIDO OLVIDAR
El Salvador es un país que por tradición se le ha negado su historia verdadera, order se trata de un pequeño terruño en donde acontecen miles de hechos sociales, políticos y culturales, sus momentos de paz han sido pocos, pero su miseria es grande y cotidiana. El mal a lo mejor viene desde la fundación de las repúblicas centroamericanas, desde el proceso independentista de los criollos contra los hispanos, o será que viene desde la invasión ibérica, de la invasión de los hombres de Andamán, de la invasión de los beringias o quizás desde la invasión araguaca. La verdad es que la verdad no se conoce, lo que se conoce es lo que los dueños del país han querido que se conozca, y lo afirman sus escribanos en sendos documentos, siendo esa mentira, la que se ha enrraizado en las memorias.
Nos niegan que somos de origen maya y nos imponen la descendencia nahuat, cuando los testimonios arqueológicos, y antropológicos oficiales son mayas.
En la historia mentirosa que conocemos desde párvularia hasta estudios superiores, prima la dejadez, el desinterés por conocer lo que en verdad somos, porque nunca ha habido investigadores que trabajen de verdad por rescatar nuestra genuina herencia, dejando que sea la bazofia cultural la que se deje como verdad histórica.
Hechos como los del treinta de julio de 1975, ni siquiera la institución víctima la ha investigado a profundidad, el estado por lo mismo, ha sido cómplice de la mentira sobre nuestra historia, porque nunca ha tenido una institución cultural que investigue, rescate, y procese científicamente cada hecho, para desarrollar una cultura fundada en la verdad, pero una verdad que se le enseñe a toda la población.
Lo que siempre hubo, fueron instituciones, cuya política parecía ser la de enajenar más la historia y la cultura, con funcionarios sin idoneidad y capacidad probada en el tema, los ha habido si, gran cantidad de funcionarios estrafalarios que solo se han montado en lo que la población ingenuamente expresa como historia y como cultura, pero no ha habido investigadores de verdad, que luchen por dignicar nuestra soberanía cultural. El trabajo por la cultura y la historia, ahora es más difícil, porque hay más de 500 años que investigar, muchos hechos que descubrir y miles de documentos que escribir, para que sepamos de una vez por todas, quiénes somos y de dónde venimos.
JIM CASALBÉ: Nace en San Miguel, El Salvador. Escritor, poeta, dramaturgo, novelista e investigador. Actor, director y Pedagogo Teatral. Pintor, Maestro de Artes, Literatura Historia y Psicología.
El poema homenaje aquí publicado forma parte de mi libro “CAMPO PAGADO”, con tres ediciones, El Salvador 1981, Alemania 1985; Canadá 1998; y la cuarta edición que se prepara en El Salvador para el 2014.
A los mártires asesinados por la dictadura militar
salvadoreña en la marcha estudiantil del 30 de julio de 1975.
Claro que les dolía el gesto de guerreros
el germen de la utopía se hizo serpentina
y a coro el “únete” se les hizo marabunta
advirtiendo un presagio a futuro represivo,
¿Como parar el pálpito de Carlos Fonseca
si el alma mater estaba siendo mancillada?
era con su voz que perifoneaba la consigna
sin pensar que esa tarde su palpitar moría,
¿Quién imaginó que ahí se erigía una guerra?
los gorilas nunca entendieron ese cometido
los adinerados burros pagaron la fechoría
y a control remoto perpetraron su vil treta,
Dificil fue aquietar el afán de Balmore Cortez
si su pancarta sobresalía entre tanta poesía
no era fácil tragarse la respuesta a la ofensa
que los animales emprendieron en Santa Ana,
El animal mayor que ordenaba la masacre
no tuvo mejor salida que asesinar la idea
y pintar con sangre rebelde el pavimento
haciendo renacer ríos de rojos horizontes,
La visión de Sergio Cabrera era por el rescate
a la dignidad de tanto estudiante reprimido
al derecho a la irrestricta libertad de expresión
que en occidente estaba siendo violentada,
Los torpes fufurufos enrrollados a sus misses
amasaban las ganancias que pagó la bobería
mientras a escondidas querían saciar su odio
en contra de los bufones que los embromaban,
¿Cómo callar el canto de Napoleón Calderón
e impedirle su decisión por la lucha justa?
como todo estudiante tenía razones objetivas
su concepto de libertad había volado lejos,
Locas y locos los esbirros esperaban la orden
el capataz de turno entrenado para la muerte
soltó a sus fatídicos cuerpos de seguridad
apostándolos de choque contra los estudiantes,
¿Cómo impedir el furor de Reynaldo Hasbún
y quitarle su impulso por defender derechos
si el derecho lo descubre a la luz de la cátedra
que en el aula universitaria a diario consumía?
Tanquetas, motobombas, antimotines y helicópteros
contra pancartas, carteles y utensilios escolares
gases lacrimógenos produciendo su infernal niebla
y la existencial guinda se dispersó hasta perderse
Eber Gómez quizás no tembló al ir en la marcha
seguro sabía que en el camino serían atacados
por la mole de fantoches vestidos de verde olivo
hambrientos de acabar con el pensamiento puro,
Fusiles y ametralladoras desembucharon la muerte
huesos y cuerpos perforados, sus vísceras sueltas
docenas de caídos entre la muerte y el abandono
cientos de heridos muriendo en la zona hospitalaria,
¿Dónde quedaron los sueños de Roberto Miranda
su ciencia y poesía, su vida fraguada en Soyapango?
sus restos como los de todos fueron secuestrados
para perderlos en lagos, el mar o fosas comunes.
La jauría odiosa de las valientes unidades blindadas
trituraban los cuerpos de estudiantes contra la calle
con sus tanques rayo terminaban al que agonizaba
hasta que todos, muertos y vivos fueron levantados,
Entre los jóvenes acribillados estaba José María López
en sus sienes se grabaron los dantescos panoramas
como en las sienes de los miles que solo protestaban
sin intuír que la muerte los tomaría a boca de jarro,
Cabellos, zapatos, y cuadernos en charcos de sangre
miembros arrancados a fuerza de la terrible balacera
el área acordonada para esconder bien la hecatombe
y los testigos no supieran lo que en verdad ocurría,
¿Qué habrá imaginado Carlos Humberto Hernández
antes que su novel frescura fuera aturdida de balas?
joven visionario como los miles de seres emboscados
llevándo en su memoria la emoción de un fin injusto,
La sequía del invierno no evitó la huella del delito
a manguerazo abierto los bomberos lavaron la prueba
la prensa siempre alineada al siniestro gorila en jefe
nunca habló de la masacre contra indefensos jóvenes,
¿Quién habrá contado el destino de María Miranda
del suceso vespertino un miércoles treinta de julio?
cuánto dolor para la madre de una mujer productiva
y para la familia de docenas de seres desaparecidos,
San Salvador entero no supo mucho de la masacre
radios, televisoras y periódicos callaron lo cierto
inundaban sus espacios con piernas, nalgas y tetas
de mujeres compitiendo en el certamen miss universo,
Muchos fueron asesinados junto a José Domingo Aldana
sin saber que a lo mejor su martirio no sería respetado
que los réditos por tanta sangre inocente derramada
no abonarían para un país justo, pacífico, libre y solidario,
La historia de seguro no dira la verdad de los hechos
y la guerra nos sorprenderá con miles de victimas
mientras los dueños del territorio juegan la suerte
de una nación que no devela su verdadera historia.
Estocolmo, Julio 30, 1977