Miguel Ángel Dueñas Góchez*
En un taller sobre “masculinidades”, impartido en la Universidad de El Salvador, quien lo facilitaba preguntó a un grupo de aproximadamente veinticinco estudiantes: ¿quién de ustedes ha experimentado el miedo?
Se levantaron muchas manos, y el primer joven expuso: Yo sentí miedo cuando venía para la U y se subieron dos personas antisociales, el primero de ellos se dirigió al fondo del bus y el otro se quedó cerca del motorista con un arma corta en la mano, dejó ir un disparo al techo, demostrando que lo mismo haría a quien no le “colaborara”. Otro joven contó su experiencia vivida en otra unidad de transporte, quien reconoció a uno de los asaltantes, por lo que lo tiraron al suelo y lo golpearon como a un guiñapo para que no los delatara. Una joven también expresó su temor vivido en una ocasión cuando sufrió acoso de un hombre a bordo de un bus, al insinuarle palabras soeces y topar sus genitales aprovechándose de que nadie decía nada, ella se sintió vulnerable, pero logró evadirlo y pudo apartarse de él, a la vez dijo haber sentido miedo.
A pesar de que existe el Plan El Salvador Seguro (PES), este no ha ofrecido ni dado esperanza a las juventudes, que tanto la necesitan, por lo que buscan otros horizontes para ejercer su profesión, principalmente quienes tienen alguna posibilidad de migrar legalmente. De acuerdo a las estadísticas, hasta el año 2015 se habían graduado, tanto en la universidad pública como en privadas, 105,852 personas en edad productiva (http://www.cinda.cl/wp-content/uploads/2016/11/EL-SALVADOR-Informe-Final.pdf), quienes no fueron absorbidas por el sistema y no les queda más que engrosar las largas filas de personas desempleadas, ser migrantes o conformarse con tener un título universitario, el cual no les da la seguridad, como en otros países, de poder desenvolverse en el área laboral.
Además, la situación de violencia no se va a resolver haciendo ceremonias religiosas en la Asamblea Legislativa o en otra instancia del Estado, sino creando políticas públicas favorables para nuestras juventudes, donde puedan disfrutar de un empleo digno y que sean respetados los derechos sexuales y derechos reproductivos.
* Licdo. en Relaciones Internacionales.