Por Liliana Samuel
Buenos Aires/AFP
Decenas de miles de personas se movilizaron el viernes al llamado de las cinco centrales obreras de Argentina, separadas durante los 12 años de gobiernos kirchneristas pero reunidas tras cuatro meses del gobierno de Mauricio Macri, en rechazo al ajuste y los despidos en un escenario de alta inflación.
«Estuvimos desencontrados pero dado la situación que vivimos, estamos juntos», dijo Antonio Caló, secretario general de una de las alas de la Confederación General del Trabajo (CGT) al resaltar la unidad sindical tras «cuatro meses en que se descuidaron los puestos de trabajo, se apuntaron ajustes y aumentó la pobreza».
El centro de Buenos Aires quedó virtualmente bloqueado por una movilización que convocó a cuatro de los cinco líderes sindicales que hasta fines de 2015 no podían verse las caras por su apego o rechazo al kirchnerismo.
«Es una convocatoria histórica porque hoy estamos todos juntos para defender a los trabajadores», dijo Hugo Moyano, líder histórico de la CGT, hasta hace unas semanas considerado sindicalista ‘amigo’ de Macri.
Moyano aseguró que el acto «no es en contra de nadie», pero advirtió que «al que se ponga en contra de los trabajadores lo vamos a enfrentar» y se dijo «preparado para pelear hasta las últimas consecuencias».
«Vamos a agudizar la lucha y si no escuchan habrá paro nacional», advirtió Pablo Micheli, líder de un sector de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Solo Luis Barrionuevo, del ala minoritaria de la CGT, dio la nota discordante al desistir a último momento de ir al acto, molesto por la fuerte adhesión del kirchnerismo y presencia de sus dirigentes, y sorpresivamente anunció que compartirá con Macri un almuerzo en el Día del Trabajador.
Las calles empedradas del histórico barrio de San Telmo se llenaron del sonido de bombos y cánticos con trabajadores del comercio, estatales, docentes, metalúrgicos, camioneros y de la construcción, entre otros, que llegaban al acto encolumnados detrás de grandes banderas.
«Esta política de Macri ha perjudicado a todos. Hay que moverse, participar, activar. Uno tiene familia que depende de uno», dijo a la AFP Carlos Alonso, un trabajador metalúrgico de Campana (80 km al norte de la capital) despedido hace 15 días de una las mayores empresas industriales del país.
La movilización que sirvió para conmemorar por adelantado el 1 de Mayo cerró una semana en la que Macri sufrió su primera derrota parlamentaria.
El senado aprobó el miércoles una ley antidespidos que el presidente promete vetar si termina por ser votada en Diputados al considerar que «destruye el trabajo».
«Sería un gravísimo error que lo vete. No nos dejaría otra alternativa que profundizar la lucha», afirmó Hugo Yasky, de la otra CTA.
«Paro nacional ya, si Macri veta ley antidespidos», se leía en pancartas.
Contra despidos y «tarifazo»
Las consignas se centraron en poner un freno a los despidos a través de la ley de emergencia ocupacional, contra el «tarifazo» de 300% promedio de los servicios básicos y la inflación que ya ronda el 40% anual.
«Nos movilizamos contra los despidos, los sueldos siempre están detrás de la inflación. Pero muchos no se movilizan porque tienen miedo de perder sus trabajos», comentó a la AFP Daniela Gómez, de 32 años, empleada de un call center del centro de Buenos Aires, en la columna del Sindicato de Comercio.
Médicos, maestros, bancarios, portuarios, estatales, universitarios y un sinnúmero de sindicatos ya han hecho huelgas y protestas en los últimos meses.
«Esperamos que Macri tenga la misma celeridad que tuvo con el campo», dijo irónicamente el dirigente de camioneros Pablo Moyano, en referencia a la eliminación de impuestos a la exportación para la mayor parte de los agroproductores que anunció Macri cuatro días después de asumir en diciembre.
Macri atento
Macri viajó a Tucumán (1.200 km al norte) para anunciar un Plan Nacional del Agua con el cual se prevé crear 200.000 puestos de trabajo, y dejó saber que estaba atento a los reclamos sindicales.
«Todo el mundo tiene el derecho a expresarse, pero estamos trabajando en todas las cuestiones que plantean», dijo el presidente.
«Sabemos que hay que bajar la inflación, hay que generar más empleo y que haya más inversiones, y para eso estamos trabajando todos los días», apuntó.
En una rueda de prensa tras la manifestación el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que el gobierno «no comparte el diagnóstico» respecto de la situación laboral «que es la misma que la de los últimos cinco años».
Según sindicatos, hubo unos 100.000 despidos desde diciembre, mientras que el gobierno admitió que en en los primeros tres meses del año despidió a casi 11.000 empleados.