Por Gokan Gunes
Estambul/AFP
Las autoridades turcas detuvieron a más de mil personas en una nueva purga contra presuntos partidarios del predicador Fethullah Gülen, archienemigo del presidente Recep Tayyip Erdogan que hace diez días ganó un referéndum que refuerza sus poderes.
Unas 1.009 personas sospechosas de pertenecer al movimiento de Gülen, acusado por el gobierno de haber tramado la intentona de golpe de Estado de julio pasado, fueron detenidas en todo el país, según el ministro de Interior, Süleyman Soylu.
Esta redada, de una magnitud sin precedentes en los últimos meses, se produce diez días después de la corta victoria del presidente Erdogan en un referéndum constitucional sobre la ampliación de sus prerrogativas, denunciado por sus adversarios como una nueva deriva autoritaria.
Con estas masivas detenciones, y los bombardeos llevados a cabo el martes contra combatientes kurdos en Siria e Irak, los dirigentes turcos parecen querer mostrar que serán intransigentes en su lucha contra el «terrorismo», en el interior y exterior de sus fronteras.
Gülen, septuagenario recluido en una granja del noreste de Estados Unidos, desmiente categóricamente cualquier implicación en la intentona frustrada de julio.
Unos 8.500 policías participan en esta operación, que se produce tres semanas antes de un crucial viaje de Erdogan a Estados Unidos, donde la solicitud de extradición de Gülen estará entre los principales temas a tratar.
El gobierno turco ha pedido varias veces a Estados Unidos la extradición del predicador, pero hasta ahora sus demandas no fueron satisfechas.
Según Soylu, las detenciones de este miércoles son «una medida importante en el interés del Estado de la República de Turquía», y tienen como objetivo «limpiar» las filas de la policía de elementos sospechosos de pertenecer al movimiento ‘gulenista’.
‘Lista de 7.000 nombres’
La prensa turca habla de miles de personas objeto de órdenes de detención en esta operación conjunta de la policía y los servicios de inteligencia. El diario Hürriyet alude a una «lista de 7.000 nombres».
Las autoridades turcas acusan a Gülen, otrora aliado de Erdogan, de liderar una «organización terrorista» que se ha infiltrado en las instituciones para construir un «Estado paralelo».
Pero el predicador afirma dirigir una red de escuelas, ONGs y empresas, bautizada «Hizmet» («Servicio» en turco) con el objetivo de promover un islam progresista y esclarecido.
Desde el fallido levantamiento de julio, más de 46.000 personas han sido encarceladas y más de 100.000 despedidas o suspendidas de sus funciones. Estas medidas han suscitado una ola de indignación entre oenegés y países europeos, que denuncian una represión contra los círculos prokurdos y los medios de comunicación.
Esta nueva purga se produce un día después del bombardeo por la aviación turca de posiciones kurdas en el noreste de Siria y en el noroeste de Irak, causando más de 30 muertos.
Los bombardeos se llevaron a cabo contra las Unidades de protección del pueblo kurdo (YPG) en Siria y el Partido de los trabajadores del Kurdistan (PKK) y sus aliados en Irak.
Estados Unidos, que lidera la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak y Siria, expresó su «profunda preocupación» tras los bombardeos turcos.
Pero Ankara afirmó este miércoles haber informado previamente de estos ataques a Washington y Moscú.