Tegucigalpa/AFP
Un dirigente de la organización que encabezaba la asesinada ambientalista Berta Cáceres fue muerto a tiros este martes en Honduras después de que la policía desalojó a un grupo campesino –del que formaba parte– de tierras reclamadas por terratenientes, physician informaron activistas.
Marleny Reyes, dirigente del Consejo Cívico de Organizaciones Populares a Indígenas de Honduras (Copinh) que dirigía Cáceres, dijo que su compañero «Nelson García fue asesinado (…) mientras se dirigía a su casa» después del desalojo en Río Lindo, departamento de Cortés, unos 180 km al norte de la capital.
La Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh) dijo en un comunicado que García, de 39 años, murió «en medio de un violento desalojo perpetrado por elementos de las fuerza de seguridad», que también «han montado un operativo para la capturar al compañero Sotero Solano».
Una fuente cerca a los campesinos dijo a la AFP que García murió de al menos cuatro tiros en el rostro pero que no sabían si le dispararon los policías que practicaron el desalojo.
La Red Nacional de Defensores, a través de otro comunicado, informó que unas 150 familias fueron desalojadas por 10 patrullas de policías y dos tanquetas instaladas en los predios de Río Chiquito, municipio de Río Lindo.
«Sabemos que en las luchas del Copinh siempre van a haber amenazas e intimidación», lamentó Reyes.
El 3 de marzo desconocidos entraron a la vivienda de Cáceres, coordinadora del Copinh, en La Esperanza (oeste), y la asesinaron a tiros e hirieron de bala al activista mexicano Gustavo Castro.
Cáceres emprendía una lucha en defensa de los campesinos y de los indígenas lencas contra una compañía que pretende construir una represa en un río que cruza en medio de las comunidades étnicas.
Cientos de indígenas y negros se organizaban este martes para movilizarse el jueves en una peregrinación, desde sus comunidades hacia Tegucigalpa, para exigir castigo para los asesinos de Cáceres, según diferentes organizaciones.
Claman justicia por asesinato de ambientalista
Cientos de simpatizantes del partido del expresidente hondureño Manuel Zelaya conmemoraron el martes el cuarto aniversario de esa agrupación de izquierda clamando que se esclarezca el asesinato de la ambientalista Berta Cáceres y se haga justicia.
«Justicia, justicia; Berta vive, la lucha sigue, sigue», gritaron más de 300 miembros del partido Libertad y Refundación (Libre), entre las que se encontraban tres hijas de la asesinada coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh).
«Vamos a exigir justicia para Berta Cáceres hasta el último instante de nuestras vidas», afirmó Olivia Zúniga, de 26 años, la mayor de los cuatro hijos de la ambientalista.
Cáceres fue asesinada a tiros por desconocidos que entraron el 3 de marzo a su vivienda en la ciudad de La Esperanza (oeste) y que en el mismo ataque hirieron al sociólogo mexicano Gustavo Castro.
El gobierno hondureño prometió investigar el crimen pero los dirigentes del Copinh, los hijos y miembros del movimiento social critican que las investigaciones excluyan a una empresa que amenazaba a Cáceres y a otros indígenas lencas por oponerse a la construcción de una represa en el río Gualcarque, que cruza por sus comunidades.
Zúniga instó a todas las organizaciones sociales y al Partido Libre a «redoblar la lucha» con «una agenda común».
Libre fue fundado por Zelaya -el presidente derrocado en un golpe de Estado en 2009- hace cuatro años y participó en las elecciones del 2015 en las que resultó ganador el actual presidente Juan orlando Hernández.