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Por Elder Gómez
Colaborador
Parece que los pandilleros salvadoreños y adolescentes asesinos de Estados Unidos, estudiaron en la misma «Escuela del Crímen» en ese país, y hasta se graduaron con honores.
Los pandilleros salvadoreños, mayoritariamente deportados de Estados Unidos, donde conformaron esos grupos delictivos, han matado a mansalva a miles de personas en los últimos 30 años, cuando hicieron su violenta aparición en este país centroamericano.
Según diversas fuentes no oficiales de aquel país, solo en lo que va de 2022, se han cometido más de 200 masacres, las más sonadas las de Buffalo y, la última, en Uvalde, Texas, 10 y 21 víctimas, respectivamente.
Casi con el mismo estilo, los pandilleros salvadoreños y los adolescentes asesinos de Estados Unidos cometen sus crímenes: los graban y luego los transmiten en las redes sociales.
Hasta policías estadounidenses han sido condenados a prisión por asesinar a personas detenidas, sin justificación.
La masacre de 11 trabajadores de una compañía eléctrica en San Juan Opico, departamento salvadoreño de La Libertad, el 3 de marzo de 2016, conmocionó a la sociedad salvadoreña, luego de que los asesinos subieran a las redes sociales el vídeo del momento en que los rematan a machetazos, después de haberles disparado con fusiles y escopetas.
El adolescente asesino de la escuela parvularia Robb, en Uvalde, Texas, que fue abatido a tiros por la policía, transmitió «en vivo» su crímen a través de las redes sociales.
También la matanza de 17 personas en el interior de un microbús que fue incendiado por pandilleros con las víctimas aún vivas, en un populoso municipio en el norte de la capital salvadoreña, en junio de 2010, se conoció a través de las redes sociales.
La misma escuela y las mismas enseñanzas.
