Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
El Salvador es considerado por organismos internacionales como uno de los países más vulnerables en materia de desastres, medical comentó el presidente de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), site Ángel Ibarra, cialis al evaluar la situación socioambiental en la actualidad.
“En buenas cuentas, no tenemos en el país políticas públicas que respondan a estas demandas; será el nuevo gobierno quien enfrente esta crisis socioambiental, incubada en las últimas décadas, que no fue retomada por ninguna de las administraciones anteriores”, afirmó.
– ¿Cuál es la situación socioambiental del país?
Ocupamos el cuarto lugar en materia de impacto climático desde los últimos veinte años. La CEPAL nos cataloga con el mayor déficit hídrico, riesgos de desastres e impacto por el cambio climático a nivel del continente americano, y estamos sólo después de Haití. Otros datos internos publicitados por el Ministerio de Medio Ambiente (MARN) han reiterado que más del 90% de los recursos hídricos, a nivel superficial, están entre moderado y severamente contaminados y no pueden ser potabilizados por medios ordinarios. Quienes hacen mediciones de los impactos económicos por los desastres documentaron que la Tormenta 12-E afectó directamente el 4% del Producto Interno Bruto (PIB).
– ¿Existen iniciativas que impulsen políticas de protección sustentables?
Esa es la pregunta. ¿Qué estamos haciendo en materia de recurso hídrico y políticas públicas?, hay que reevaluar las medidas que el gobierno tomó para revertir la contaminación y el grave estrés hídrico en el país, aunque creo que no hay ninguna respuesta. En los últimos años, el país y la región centroamericana se ha visto golpeada por la alta mortalidad y morbilidad a consecuencia de la Insuficiencia Renal Crónica, que deriva del abuso excesivo de productos agrotóxicos en plantaciones de algodón y caña de azúcar; esta crisis que se ha ignorado por años tendrá que enfrentar a partir del 1º de junio el presidente electo, Salvador Sánchez Cerén, y el vicepresidente, Óscar Ortiz.
– ¿Qué es lo prioritario?
Nos preocupa que a pesar de establecer una Comisión de Transición, entre el gobierno entrante y el saliente, sólo se enlistaron temas de política económica, política de seguridad y política fiscal. Además de reuniones sostenidas con representantes del Banco Mundial y el BID, que sirvió para hablar de préstamos, dejando literalmente fuera la crisis ambiental. Esto es un grave error porque indistintamente la buena voluntad de los funcionarios actuales o los del nuevo gobierno, si no atienden a profundidad y con la seriedad del caso esta crisis socioambiental tendrá graves consecuencias.
– ¿Cómo atender esta situación?
Estableciendo políticas públicas orientadas a revertir la crisis; de no hacerlo, podemos llegar a un momento de irreversibilidad de los daños. La actual administración enfrentó en los últimos cinco años, tres fenómenos hidrometereológicos extremos, el Agatha, el Ida y la Tormenta 12-E, que generó un aproximado de mil 400 millones de dólares en pérdidas económicas que se contabilizaron; sin hablar de las pérdidas no económicas, y, ¿cuál es la resiliencia del país, esa capacidad de adaptarse a estas tragedias? Este gobierno que se estrena este 2014, tendrá que afrontar la instalación del fenómeno del Niño, que traerá sequía y luego una jornada intensa de tormentas y huracanes a finales de la estación lluviosa, será un fenómeno hidroclimático extremo.
Esto podría redundar en pérdidas entre los 300 o 400 millones de dólares; lo importante es discutir y buscar una salida que sea en beneficio de la calidad de vida de la población. No se puede seguir pensando que las tormentas, sequías e inundaciones son fenómenos inevitables que nos toman por sorpresa. Debemos pasar a tener una política de gestión sustentable del agua y que nos permita revertir el estrés hídrico que está incubándose en el país.
– ¿Se debe declarar bien público el agua?
Correcto, y plantearse una política que rechace las pretensiones de diversas empresas que pueden poner en riesgo el recurso hídrico. Existe una empresa de bebidas gaseosas que quiere sobreexplotar el acuífero de Nejapa, para vender sus bebidas dejando a la población sin el abastecimiento del vital líquido. Hay que observar, también, el permiso que se ha cedido al proyecto urbanístico y turístico en El Encanto de la Cordillera del Bálsamo (La Libertad), que exonera de impuestos a unos inversionistas que construirán un campo de golf, no un polo de desarrollo. Este tipo de campos utilizan muchos agroquímicos y agua, para mantener en óptimas condiciones las canchas para los jugadores que vendrían a torneos internacionales. Esto va a significar dejar sin agua a unas 20 mil personas que viven en los alrededores de la zona. El nuevo gobierno debe optar por una política pública vinculada a la gestión sustentable, pero de manera urgente que esté relacionada con la calidad del agua y atienda la descontaminación de los ríos como el Acelhuate, Suquiapa, Lempa.
Estas políticas de gestión del agua debe extenderse hacia Honduras y Guatemala por el manejo de las cuencas compartidas de los ríos Lempa, Paz y Goascorán, que nos abastecen del 75% del agua superficial del país.
-¿Y los proyectos de minería metálica?
En la cuenca del Lempa en Guatemala está la amenaza inmediata del proyecto de minería en el Cerro Blanco, a los que se suman ocho proyectos más aprobados para su explotación, luego de que concluyeron la primera fase de evaluación exploratoria y solo esperan explotarla. Mientras, en Honduras con una ley permisiva aprobada el año pasado (2013), autorizaron casi 140 proyectos de minería entre la frontera con ambos países. Esto amenaza la calidad del agua de los ríos Guascorán, Sumpul, Torola y el Lempa. Entonces, la gestión sustentable incluye una vocación de integración centroamericana donde el tema de las pandillas y la aduana fácil no se conviertan en los únicos temas; necesitamos una iniciativa que garantice la calidad de agua y energía de El Salvador.
– ¿Cómo deberán actuar las nuevas autoridades?
Deben pensar estratégicamente que el cambio climático no será en el 2100, se viene para el 2030 o la siguiente década, y de no hacer nada tendremos cambios dramáticos sin precedentes. El quinto informe del Panel Intergurbenamental de Cambio Climático planteó que los cambios actuales son más graves y acelerados, que los previstos en el informe anterior (2007). En El Salvador, en los últimos cincuenta años la temperatura superficial promedio aumentó 1.3 grados Celsius, casi el doble del aumento que tuvo la temperatura a nivel mundial en los últimos 150 años. Por estar cercanos a la zona de convergencia intertropical somos un país más sensible a los cambios oceanográficos y atmosféricos que registran el Pacífico y el Atlántico, que son las dos masas de agua más grandes del mundo.
– ¿Cómo se implementa una política sustentable de adaptabilidad?
El nuevo gobierno debe convertir su centro en una política pública frente al cambio climático y tratar diferentes temas, por lo menos, en materia hidrológica debe contar con una Ley General de Agua. En el tema vinculado al transporte nos parece atinado que el SITRAMSS privilegie el transporte colectivo al individual, espero que sea ampliado a Lourdes, Santa Tecla, San Marcos, por el bienestar de la población.
El Ministerio de Obras Públicas debe fortalecer su visión de trabajo hacia la movilidad sustentable de bienes y mercancías, necesarias para dinamizar al país; y no abrir más carreteras de cuatro carriles para el Litoral o la Panamericana, en busca de un país logístico como pretende el Fomilenio II.
– ¿Y en materia de producción de energía eléctrica?
El primer reto es cerrar definitivamente la presa el Chaparral, porque su costo de 100 millones de dólares costaría el triple debido a los atrasos y otros problemas surgidos con la empresa, desde la administración del expresidente Antonio Saca. Es una presa innecesaria que afecta la vida del río Torola, que lo convertirá en poco tiempo en una quebrada que tendrá agua solo en el invierno. Y el costo del kilovatio hora que produzca esa presa será más caro y no cubrirá nunca la inversión que se hizo en ella.
Hay que cambiar la matriz energética y transitar en materia energética hacia la era solar; en Alemania, los
sistemas de energía renovable apuestan al sol y es un país que recibe solo la tercera parte de radiación solar al año, para el año 2050 esperan contar con una cobertura del 85% de energía solar.
Y en nuestro país, que recibe tres veces más energía solar que Alemania, por qué no buscamos esta alternativa, sería una energía barata, no contaminante y no tendríamos que dañar el recurso hídrico. Recordemos que no se puede construir un país solidario con políticas económicas neoliberales y extractivistas. Confiamos en que el presidente electo, Salvador Sánchez Cerén, y el vicepresidente, Óscar Ortiz, que anunciaron como eje central de su gobierno la filosofía del “Buen Vivir”, trabajen junto al pueblo y les reiteramos nuestro compromiso de contribuir a esa marcha dificultosa y larga hacia el paradigma de un El Salvador más justo.