Discurso pronunciado por Josseline Andrea Ávalos,
Estudiante del Colegio La Asunción,
En acto-homenaje a Don Matías Romero.
Dicen que los hombres fuimos creados por naturaleza divina, dicen que fuimos hechos a imagen y semejanza de un ser superior, que nuestra alma tiene un vacío en forma de Dios y que somos luz desde nuestra concepción.
Hablan de los hombres que según sus actos son juzgados y que siempre buscamos aquello más lejano. Que nuestro vagar por la tierra es vano cuando no se tiene Fe y que vana es la Fe cuando no se tienen actos.
El mundo se hace más pequeño para que el hombre se vuelva más grande y existimos para cumplir una misión que sobrepasa nuestra razón.
Muy buenas tardes, respetables miembros de la Academia Salvadoreña de la Lengua, honorable doctor Matías Romero, maestros, padres de familia y amigos que nos acompañan, mi nombre es Josseline Andrea Avalos Valladares y tengo el honor de decirles unas palabras sobre la vida y trayectoria de un digno representante salvadoreño, por su gran intelecto y asombrosa percepción de la vida: Matías Romero, quien nació en el municipio de Dulce Nombre de María, departamento de Chalatenango, el 24 de febrero de 1927. Poeta, ensayista, filósofo, lingüista, conferencista y académico muy destacado de El Salvador, quien además del español domina otros idiomas como el latín, el griego, el alemán, el italiano, el francés y el inglés.
A sus 15 años, Matías Romero Coto ingresó al seminario San José de La Montaña, donde llegó a convertirse en sacerdote, tarea a la cual dedicó 11 años de su vida. Más tarde el rumbo de su vida cambiaría por completo al tener una crisis acerca del matrimonio. Una vez retirado del sacerdocio, se casó con doña Inodinda Guerra, con quien procreó cuatro hijos. En 1968 se licenció en Filosofía en la Universidad de El Salvador. Fue diputado del Partido de Conciliación Nacional y ocupó importantes cargos gubernamentales.
Se ha desempeñado como profesor de filosofía, teoría del lenguaje y sociología en diferentes universidades y en la Fuerza Armada. Colaboró con varios periódicos, y como miembro de la Academia Salvadoreña de la Lengua, ha representado al país ante la Real Academia Española de la Lengua. En abril de 2005 recibió el reconocimiento de Hijo Meritísimo de Dulce Nombre de María, por su aporte intelectual a El Salvador. Actualmente es Investigador Lingüístico del Centro de Investigación en Ciencias y Humanidades, (CICH), de la Universidad Doctor José Matías Delgado.
Calificado como uno de los pensadores de la época, tales como Platón y Sócrates, ha hecho de El Salvador una Grecia antigua, donde fluye y surge la sabiduría y el conocimiento.
Actualmente tiene 4 líneas de trabajo
·Filosofía (tema que más le ha gustado)
·Historia de El Salvador
·Teología (debido a su atracción religiosa por el seminario )
·Lingüística (regionalismos, salvadoreñismos)
En relación a la filosofía debemos destacar el misticismo, tendencia a la cual pertenece nuestro autor. La mística como palabra designa un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en el que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado. La lengua española propone que el misticismo es un estado extraordinario de perfección religiosa, que consiste esencialmente en cierta unión del alma con Dios por el amor. El misticismo, pretende salvar ese abismo que separa al hombre de la divinidad para reunificarlos. Ahora sabemos que al misticismo le compete un gran estudio de mucha preparación, pero más que todo, fe. Este es un tema de gran trascendencia para el doctor Matías Romero; sin embargo, no logra causar el mismo efecto en la población.
Por el contario, el Diccionario de salvadoreñismos es de gran impacto, puesto que lo manejamos todos los días mezclando vulgaridad e ingenio. Seguramente nos familiarizamos con la palabra «salvadoreñismos», por lo cual es de suma importancia conocer que hace referencia al «modo de hablar propio de los salvadoreños que se distinguen por su vocablo tan peculiar».
Él tiene la esperanza de que alguien lea sus trabajos, sean interpretados y les sirva para salir de la crisis dolorosa en la que está nuestro país.
Los salvadoreñismos son una valiosa contribución al castellano general. Para el doctor Matías Romero, no son palabras simplemente vulgares o inadecuadas, no son palabras utilizadas por personas que no tienen la mejor formación académica. Para el profesor Matías Romero, los salvadoreñismos son muy valiosos, son riqueza de nuestro país y una contribución al castellano que debemos emplear de una forma apropiada, utilizarlos para demostrar las vivencias de nuestro país y así retomar la esencia de toda una historia que seguimos escribiendo.
A continuación me complaceré en declamar un pequeño pero gran poema que tiene como autor a nuestro respetable poeta.
MALA COSECHA
Cargando atrás pesado el mal recuerdo
De inconfesables hechos de mi historia,
Nube negra oscurece mi memoria
Y camino al final con paso lerdo.
Ya no me importa más el qué dirán,
Si yo mismo me juzgo y me condeno
Porque no logré ser todo lo bueno
Y desoigo a los que me juzgarán.
Dios es mi juez y ante Él de hinojos
Veo llorando mi vida deshecha
Y que ha sido en verdad mala cosecha.
¡Huid, fantasmas, bálagos de abrojos,
Tempestad de mi mente; ya Jesús
Me ha amparado a la sombra de su cruz!
El fragmento «Ya no me importa más el qué dirán, Si yo mismo me juzgo y me condeno»: ¡No lo comprendamos de forma individual! si no, como lo que somos, un país, una nación… ¿Porque nos ha de importar lo que otros países más poderosos digan de nosotros? Día a día nos critican, nos tildan como los más violentos o el país más pobre, y ¿por qué nos importaría más lo que dicen los demás? Nosotros mismos nos juzgamos y nos condenamos, entre hermanos nos señalamos y acusamos, criticamos a los gobernadores y dejamos caer toda la culpa sobre ellos, sin ser capaces de lograr interiorizar que nosotros no hacemos nada para mejorar nuestro futuro, no logramos ser todo lo bueno, no intentamos serlo, y por ende vemos la consecuencia, nuestra mala cosecha
Del libro: Gotas de amor y de filosofía.
«Una moneda en tus manos puede ser un juguete o un instrumento de progreso. No te portes como un niño, ni como coleccionista. Muévete con tu dinero, marcha con esas ruedas del carro de la fortuna y mira que la meta del bienestar perfecto de los pueblos está todavía muy lejos».
En el fragmento anterior, el doctor Matías Romero hace referencia a una pequeña moneda, pero una gran herramienta que nos servirá de acuerdo a como nosotros la utilicemos, como un juguete o como un instrumento para nuestro progreso, al tenerla en nuestras manos no debemos comportarnos como un niño y jugar con ella, jugar con nuestro futuro, tampoco como un coleccionista y guardarla para nosotros, como personas egoístas, personas que no piensan en nada más que en su propio bienestar. ¡Muévete con tu dinero!, nos dice el profesor Matías Romero, no te quedes estancado hay una meta que alcanzar, esa meta para llegar al bienestar perfecto de los pueblos.
El doctor Matías Romero es admirable por su forma de creer en los salvadoreños, porque nos alienta a ir más allá cada día, y en medio de cada uno de sus versos, él nos muestra que todo está a nuestro favor, que tenemos las herramientas pero debemos reaccionar.
Es por ello que termino con una de las frases con que inicié.
«El mundo se está volviendo cada día más pequeño para que los hombres nos volvamos cada día más grandes».
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