Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso
Dentro de toda orquesta sinfónica existen variedad de instrumentos musicales que al combinarse dan como resultado hermosas melodías, entre estos instrumentos se encuentra el violín, diminutivo de viola, del latín medieval Vitula, que se supone era la diosa romana de la alegría, o del verbo latino vitulari, “alegrarse, estar alegre”.
De acuerdo con investigaciones, se cree que este instrumento fue inventado en Italia a principios del siglo XVI, aunque no existe veracidad de este, así como otros detalles de su construcción original. En algunos escritos se establece que fue Claudio Monteverdi 1567 a 1643, el primer violinista de la historia, quien en su juventud siguió su vocación por la música. Por otra parte, se afirma que es Niccoló Paganini uno de los arquetipos del virtuosismo del violín, entre 1782 a 1840, considerado «Padre de la moderna técnica del violín».
En Santa Tecla, existe un diestro del violín, el maestro Maximiliano Hernán Martínez, quien fue hasta 2008 el primer violín de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Maximiliano Hernán Martínez Zacatares, nació en Santa Tecla el 16 de enero de 1950, hijo de Carlos Ernesto Martínez (+), y Segunda Zacatares (+), se formó académicamente en el Centro Escolar José Martí, en el extinto Colegio Católico San José y en el Instituto Nacional José Damián Villacorta de esta localidad.
Entre algunas curiosidades de su vida están: su nombre evoca a un expresidente de la república, se inició en la música a los siete años de la mano del maestro Rafael Orellana (+), quien lo instruyó en solfeo, teoría y armonía, años más tarde, se incorporaría al Conservatorio Nacional.
A los once años es invitado por el maestro Orellana, a acompañarle en ceremonias religiosas; participó musicalmente en el acto de elección de reinas del deporte de Santa Tecla; interactuó con músicos de la talla del guitarrista tecleño Francisco Torruella; así mismo, formó parte del grupo musical del señor Castro Liebes.
Fue descubierto por el maestro Zaldivar, exmiembro de la Sinfónica Nacional, quien lo recomendó con el maestro Abraham Soto Domínguez; tuvo entre sus formadores a los eximios mentores Gilberto Orellana y Abel Ayala Bonilla.
En 1967 ingresó a la Sinfónica Nacional, fue contratado por la Orquesta Filarmónica de la Universidad de Guanajuato; se especializó en las prestigiosas universidades de Santiago de Compostela, España y Boston, Estados Unidos; fue miembro de los “Violines Cuerdas de Plata” de Bertoldo Brett. En la actualidad dirige su Orquesta de Cámara de El Salvador, en compañía de sus hijos Max Ernesto, primer violín de la Sinfónica Nacional y Byron Martínez, así como de otro selecto grupo de profesionales en la materia.